La donación de órganos en México es un tema de gran relevancia para el sistema de salud, ya que miles de personas esperan un trasplante que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. A pesar de los avances médicos y las campañas de concienciación, el país enfrenta retos importantes en materia de disponibilidad de órganos, infraestructura hospitalaria y cultura de donación.
Según el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), más de 20,000 personas se encuentran en lista de espera para recibir un órgano o tejido. Los órganos más demandados son el riñón, el hígado, el corazón y las córneas. El trasplante de riñón es el más común debido a la alta incidencia de enfermedades renales crónicas en el país. Sin embargo, la oferta de órganos no satisface la creciente demanda, lo que provoca que muchos pacientes esperen durante años o incluso fallezcan antes de recibir un trasplante.
Una de las principales causas de esta situación es la falta de donantes. A pesar de que la legislación mexicana establece que cualquier persona puede ser donante si no manifiesta su negativa en vida, el proceso se ve obstaculizado por la falta de información, mitos relacionados con la donación y la falta de autorización familiar. En muchos casos, cuando ocurre una muerte cerebral, los familiares se niegan a autorizar la donación por desconocimiento o por cuestiones culturales y religiosas.

Germán Palafox, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dio a conocer que de acuerdo a resultados preliminares de una encuesta en la Facultad de Psicología, que consultó de 300 a 400 jóvenes de la universidad, y cuyos resultados aún están en revisión, revelan que más allá del miedo a las agujas o factores psicológicos, la falta de confianza en las instituciones, creencias de que existe un mercado negro de órganos, así como las condicionantes religiosas, son los principales prejuicios para rechazar la donación de órganos.
Comentó que en el caso de la práctica de trasplantes extraídos de cadáveres mucha gente se imagina que hay un mercado negro de órganos y corrupción en las instituciones hospitalarias; otras personas están indispuestas por razones religiosas, pues consideran que el cuerpo no se debe violar porque es sagrado y tampoco quieren que parezca mancillado, o creen que luego de la operación les regresarán un guiñapo de carne.
A su vez, Mariana Báez, de la Facultad de Medicina de la UNAM, aseguró que una persona está más dispuesta cuando se trata de un pariente cercano que ante alguien desconocido.
La experta destacó que el principal tipo de donación en México es renal, con frecuencia hay de persona viva y cadavérico. Afortunadamente es posible vivir con un solo riñón, así que si un familiar tiene una enfermedad renal terminal existe más posibilidad de que se pueda traspasar uno.
Redoblar esfuerzos
En los últimos años se han realizado diversos esfuerzos para fomentar la donación de órganos, entre ellas se encuentran las campañas de sensibilización, la promoción de la tarjeta de donador voluntario y la capacitación del personal médico en la identificación de posibles donantes. Además, se han creado coordinaciones hospitalarias de donación para optimizar los procesos de detección y procuración de órganos. Sin embargo, persisten dificultades logísticas, especialmente en hospitales públicos donde la falta de recursos puede retrasar la realización de trasplantes.

En los últimos años, las iniciativas de organizaciones civiles también han cobrado relevancia. Asociaciones como “Trasplante y Vida” y “Ale” trabajan en la difusión de información, acompañamiento a pacientes y apoyo a familias que enfrentan el complejo proceso de esperar un órgano. Estas organizaciones también colaboran con autoridades sanitarias para impulsar cambios legislativos que favorezcan la donación.
A nivel internacional, México se encuentra por debajo de la media en tasas de donación. Mientras países como España reportan alrededor de 40 donantes por cada millón de habitantes, en México la cifra ronda los cuatro donantes por millón. Este rezago refleja la necesidad de fortalecer las políticas públicas y promover una cultura de solidaridad que permita salvar más vidas.
La donación de órganos en México es un desafío que requiere la participación de la sociedad, las instituciones de salud y el gobierno. Incrementar la conciencia pública, mejorar la infraestructura hospitalaria y facilitar los procedimientos de donación son pasos esenciales para que más personas tengan la oportunidad de recibir una segunda oportunidad de vida.
¿Tú estás dispuesto a ser un donador de órganos?
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