La demolición de la democracia en México

Desde que se señaló que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México, cosa que muchos no creyeron y hasta fue motivo de demandas contra quienes así lo señalaron, se recordó que estábamos en una transición democrática no consolidada. Las transiciones democráticas tienen un fin incierto, tanto en su dirección como en su destino. Pero no todas las transiciones que se han producido desde el Siglo XX, han tenido una feliz conclusión. No pocos politólogos han señalado que, incluso, muchas registran regresión.

El arribo de Morena al poder vino a significar el inicio de la regresión. Forma parte de los movimientos populistas que usan la democracia para destruirla. El fascismo europeo recurrió a esa técnica, diferenciándose de los movimientos revolucionarios que tomaron el poder por la fuerza. Sin embargo, en ambos fenómenos se desembocó en movimientos totalitarios.

Poco a poco hemos visto como se está demoliendo la incipiente democracia que avanzó desde 1980 desde los municipios que registraron alternancias, hasta el arribo al poder de Vicente Fox. Y esto ha ocurrido con los votos de primera minoría –que no mayoría- obtenidos por Morena y con la complicidad del nuevo INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al otorgarle una falsa mayoría calificada en el Congreso, con lo que se le otorgó la llave para reformar la Constitución a capricho. La llegada de algunos trogloditas políticos, junto a no pocos ignorantes, a ocupar posiciones legislativas, ha venido a ser la culminación de este proceso, no solo por tener el control de los poderes ejecutivo y legislativo, sino por la caótica reforma al Poder Judicial.

Día a tras día conocemos que la mala configuración de la reforma judicial, la precipitación, la torpeza en los pasos que se dan y la violación a las disposiciones constitucionales, previas y actuales, han llevado a la ruptura del Estado de Derecho y la aceptación de las mismas por las instancias que debían impedirlo y con la actuación de las tres ministras de la Suprema Corte que buscan reelegirse.

La violación del amparo inicial sobre la reforma, perpetuada desde el Poder Legislativo y consolidada por el Ejecutivo al publicarla, derivó en una confusión legal que ha tenido que ser deslindada por la Suprema Corte, pero cuya conclusión aún no ocurre, al tiempo que el proceso electoral iniciado desde aquellas violaciones, ahora se argumenta que con base a la Constitución violada no puede ser detenido.

El Senado de la República se atribuyó facultades que no le corresponden al dizque autorizar la lista de candidatos que no elaboró la Suprema Corte al suspender el proceso por un amparo. Luego, a su leal torpeza, entregó al INE listados mal elaborados que fueron devueltos a la Cámara Alta para que los corrigiera. Esto provocó que los entregara fuera de los tiempos acordados por la Ley –que ya es costumbre que se viole con el “reloj legislativo” y el recién inaugurado “calendario legislativo”. Total, que no vengan con que “la ley es la ley”.

En los listados no estaban todos los que debían estar, y su había nombres de quienes no querían aparecer. Los nombres no siempre correspondían a los cargos a los que algunos de los aspirantes pretendían, y hasta se les olvidó a incluir a las tres Ministras, a pesar de que ellas pasaban al listado sin necesidad de análisis, y hasta han hecho campaña anticipada, destacando la auto llamada Ministra del Pueblo, que en realidad lo es de López Obrador, porque el Senado no eligió a ninguna de las propuestas por el Presidente, al no cumplir con el perfil adecuado y, al final, se definió por la más impresentable, pero era su preferida.

Bueno, el tema ha llegado hasta la forma en que el INE elaboró las boletas para la elección y que fueron motivo de debate en el Tribunal del Poder Judicial de la Federación por su poca legibilidad para los futuros electores. Pero con las prisas y el evidente propósito de que la elección de julio sea desaseada y un fracaso, para que puedan emerger de ella los preferidos del poder, fue aprobada.

Decía Claudia Sheinbaum que esta reforma para ser ejemplar a nivel internacional. Sin duda que los será, una lección de lo que no se debe hacer si se quiere fortalecer al Estado, pero un medio adecuado para la demolición de la democracia y el Estado de Derecho.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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