No podemos ser indiferentes a la trata de personas: Francisco

La trata de personas es un fenómeno mundial que cobra millones de víctimas y no se detiene ante nada y siempre encuentra nuevas formas de insinuarse en todas partes del mundo, aseguró el papa Francisco en ocasión de la XI Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas.

Ante el drama de la trata de personas, no podemos permanecer indiferentes, debemos unir nuestras fuerzas, nuestras voces y pedir que cada uno asuma sus responsabilidades, para luchar contra esta forma de criminalidad que se lucra a costa de la vida de los más vulnerables, agregó el Santo Padre en un mensaje dirigido a una delegación de Talitha Kum, la red de religiosas de todo el mundo para apoyar a las víctimas de la trata de personas.

A pesar de sufrir una bronquitis, Francisco quiso recibir en Casa Santa Marta a la delegación de religiosas y laicos dedicados a apoyar a personas en esta situación a quienes animó a trabajan con gran ahínco en favor de quienes han tenido el infortunio de ser víctimas de este delito.

“No podemos aceptar que tantas hermanas y hermanos sean explotados de una manera tan despreciable. El comercio de cuerpos, la explotación sexual, incluso de niños y niñas, y los trabajos forzados son una vergüenza y una violación muy grave de los derechos humanos fundamentales”, enfatizó el Papa.

Francisco invitó a caminar como peregrinos de la esperanza en este ámbito tan dramático. “Pero, ¿cómo seguir alimentando la esperanza ante los millones de personas, especialmente mujeres y niños, jóvenes, migrantes y refugiados, atrapados en esta esclavitud moderna? ¿De dónde sacamos un nuevo impulso para luchar contra el comercio de órganos y tejidos humanos, la explotación sexual de niños y niñas, los trabajos forzados, incluida la prostitución, el tráfico de drogas y de armas? ¿Cómo podemos registrar todo esto en el mundo y no perder la esperanza?”, cuestionó.

Su respuesta a estos cuestionamientos fue asegurando que “sólo elevando nuestra mirada a Cristo, nuestra esperanza, podemos encontrar la fuerza para un compromiso renovado que no se deje vencer por la dimensión de los problemas y los dramas, sino que se esfuerce en la oscuridad por encender llamas de luz, que juntas puedan iluminar la noche hasta que amanezca”.

El papa Francisco mencionó que “jóvenes de todo el mundo que luchan contra la trata nos ofrecen un ejemplo: nos dicen que debemos convertirnos en embajadores de la esperanza y actuar juntos, con tenacidad y amor; que debemos estar al lado de las víctimas y los supervivientes”.

Resaltó que de lo que se trata es de evitar acostumbrarnos a la injusticia, alejarnos de la tentación de pensar que ciertos fenómenos no pueden erradicarse.

“El Espíritu del Señor Resucitado -añadió el Papa- nos sostiene para promover con valentía y eficacia iniciativas dirigidas a debilitar y contrarrestar los mecanismos económicos y criminales que se benefician de la trata y de la explotación. Nos enseña ante todo a ponernos a la escucha de las personas que han sido víctimas de la trata, con cercanía y compasión, para ayudarlas a ponerse de pie, recuperarse y, junto con ellas, identificar las mejores vías para liberar a los demás y hacer prevención”, abundó.

Francisco invitó a los gobiernos a promover iniciativas en defensa de la dignidad humana, por la eliminación de la trata de seres humanos en todas sus formas y por la promoción de la paz en el mundo.

¿Cómo podrías sumar esfuerzos para combatir la trata de personas?

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