Los diputados Jorge Triana y América Rangel, del PAN capitalino, impulsaron una iniciativa de ley sobre maternidad subrogada, que es inviable desde el punto de vista bioético.
Si bien es cierto que se requiere legislar en México sobre la reproducción humana asistida en la que se está trabajando desde hace 35 años sin ningún control, la iniciativa presentada en el Congreso de la Ciudad de México por los diputados panistas Jorge Triana y América Rangel es inmoral porque promueve que las mujeres sean utilizadas como objetos, pasa por alto su dignidad humana y representa un riesgo de trata de personas, aseguró Gabriel García Colorado, especialista en bioética.
En conversación con YoInfluyo.com, García Colorado subrayó que, de todas las tecnologías de reproducción humana asistida, la única que está prohibida en casi todo el mundo es la subrogación de vientre, a excepción de la India y el estado mexicano de Tabasco. Sin embargo recordó que ni la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ni la ley general de salud contemplan esta práctica.
“La mujer que subroga su vientre, que renta su vientre, es al final de cuentas una incubadora. No está contemplada como un ser humano”, consideró.
García Colorado consideró que una legislación de reproducción humana debe estar pensada en resolver un problema de salud que no violente la dignidad de la persona humana, ni de la mujer ni del hombre, y que esté encaminada a permitir que las parejas que tienen problemas de infertilidad puedan comprobar que no son infértiles, proceso que lleva 18 meses para completarse, y permitan, ayudados por la tecnología, concebir una nueva vida.
El doctor especialista en bioética aclaró que sólo en dos casos hay quienes buscan la subrogación de útero: el primero son parejas que sin ser estériles ni infértiles no quieren que la mujer padezca mareos, vómitos o cambios en su cuerpo, y el segundo caso son las parejas homoparentales que recurren a la donación de óvulos o compran un embrión para depositarlo en una mujer. “Los casos que ocupan 90 por ciento son estas dos particularidades”, recalcó.
El doctor García Colorado explicó que no se puede subrogar el vientre, “se puede subrogar tu trabajo físico te alquilas como trabajador, subrogas tu conocimiento y te alquilas como investigador o asesor, pero no subrogas una parte de tu cuerpo; es inconstitucional, es un contrato de origen nulo, es gravísimo lo que están proponiendo”, subrayó.
“La maternidad subrogada es la expresión más dura, más violenta, más agresiva, más bárbara en contra de la mujer a quien se le utiliza como incubadora de un hijo ajeno”, recalcó.
¿Altruismo?
El diputado del PAN Jorge Triana explicó que su iniciativa de maternidad subrogada contempla “una gestación altruista; es decir, son mujeres voluntarias las que lo llevan a cabo, pero incluso en el sistema altruista hay una remuneración de por medio. ¿Por qué? Pues por los gastos clínicos, por el tiempo que se pierde, los salarios caídos en el empleo de la mujer que lo lleva a cabo, etcétera, siempre hay una remuneración de por medio esto tendrá que debidamente plasmado en un contrato que dé certeza. Si alguna de las partes no está de acuerdo a las cláusulas se podrá disolver este contrato en cualquier momento”.
Ante ello, García Colorado indicó que en Tabasco les dan un salario mínimo a las mujeres que prestan su vientre y las familias con quienes “firman el contrato” aprovechan para que les hagan los quehaceres de la casa, “a eso nos quiere llevar Triana aquí en Ciudad de México”, consideró.
Recalcó que al promover esta iniciativa, el legislador del PAN lo que quiere es exponer a toda la ciudadanía y a que la capital del país se convierta en una mala imitación de la India.
El especialista en bioética recordó que en 2010, la entonces diputada local del PRD, Maricela Contreras propuso la legalización de la subrogación de úteros, la cual fue aprobada por la mayoría perredista y enviada al entonces jefe de gobierno Marcelo Ebrard, quien la regresó a la Asamblea Legislativa con observaciones. Entonces, la bancada del PRD nuevamente la volvió a pasar ya con varias correcciones y en 2011 se la mandó nuevamente a Ebrard, quien decidió no publicarla “porque entendió que iba a traer muchos costos en varios sentidos”.
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