La batalla pírrica de Maduro

LA “CARNITA” EN VENEZUELA

En la jerga periodística se dice “dar carnita”, cuando de lo que se trata es conseguir la esencia, la parte sustantiva de alguna información. Y lo que se pudo apreciar en la tragicomedia representada en Venezuela, es que las dictaduras tienen dos atributos: de inicio, solo pueden sostenerse mediante la corrupción y las armas, la otra, que todas tienen fecha de caducidad por muy fuertes y sólidas que pudieran parecer.

Esta circunstancia se cumple a cabalidad en el montaje realizado por Nicolás Maduro para gritarle al mundo una victoria electoral que hasta ahora no ha podido demostrar con las actas de escrutinio, lo que Corina Machado sí ha logrado

Sin duda, la de Maduro es una de las llamadas “victorias pírricas” que encuadra en el pase a la historia de Pirro, destacado general que, según el historiador Dionisio de Halicarnaso, describe ciertamente con un triunfo, a pesar de que las pérdidas entre los griegos fueron de 13 mil vidas. Además, de que, a pesar de ganar la batalla, Pirro no pudo tomar Roma ni presionarla. 

De aquí que cuando se alude a un triunfo pírrico, tiene una interpretación significativa para señalar que lo realizado es de poco valor, insuficiente, especialmente en relación con el esfuerzo realizado, aunque también la expresión se emplea para describir una victoria obtenida con más daños y perjuicios  para el vencedor que para el vencido.

¿QUÉ GANARON DIOSDADO Y MADURO?

No es necesario ser un gran intérprete de la información para constatar que, en medio de las escenas montadas para el caso de la reelección, quien ha perdido más es el dictador, porque para el momento de escribir esta colaboración, 

Ya son 16 los países de la OEA que solicitan formal y estatutariamente, el rechazo a la investidura de Maduro Moros montada el 1’ de enero pasado. Las razones del rechazo son evidentes: el dictador carece de legitimidad democrática, adolece de sustentación jurídica constitucional de acuerdo con la normatividad venezolana y, en virtud de que tanto él como sus seguidores han sido incapaces de demostrar datos suficientemente claros, evidentes y verificables de la integridad electoral que pueda dar soporte al autodenominado triunfo de Maduro.

LA IMPORTANCIA DEL TEMA

Más allá de que el mundo ha constatado las tropelías y los atentados a los derechos humanos y a la vida de los venezolanos; más lejos de ser evidente el liderazgo de Corina Machado que arrastra el corazón de millones de personas, rebasando las fronteras continentales, es básico comprender que una democracia auténtica y sólida, encuentra su soporte natural en un pleno Estado de Derecho y en una concepción verdaderamente integral de la persona humana, para que, a través de ello, la autoridad política sea capaz de actuar real y eficazmente, dentro del marco de un orden moral con dos soportes adicionales, en términos de Adela Cortina, docente de Ética Política en la Universidad Valencia, cuando afirma que son indispensables: una definición de mínimos éticos para la convivencia ciudadana y la vivencia transversal de los valores de orden superior, a fin de que la comuna sea el caldo de cultivo para la consecución del bien común temporal y trascendente de los gobernados.

Lo contrario –como es el caso que se comenta- no construye bien común, sino solamente “mal común” al emplear medios moralmente inaceptables.

Por cobrar una especial relevancia los principios de Dignidad de la persona humana, la edificación del bien común  de la sociedad, y los  principios de un eficaz subsidiaridad, en el marco de una eficaz solidaridad con quienes menos tienen, menos pueden o menos saben.

ESCARMENTANDO EN CABEZA AJENA

¿Estos sucesos constituyen una imperiosa lección para México? No hay duda alguna. 

Hay varios indicios: La representatividad como marco democrático se encuentra en medio de una terrible crisis existencial, por la fiabilidad de los partidos y las instituciones democráticas.

De una parte, modelos políticos obsoletos, corruptos e inmorales que sostienen su permanencia en una mayoría subordinada al poder presidencial; un aparato hegemónico gubernamental con un claro enfoque de gestar una ciudadanía dependiente de un poder político que adormece a la sociedad con el principio de Juvenal al entregarles música gratuita, tortas, sodas y un viaje de las áreas marginadas a los centros urbanos llenos de luces. Una mal catalogada oposición carente de arrastre, ayuna de narrativa y con una desdibujada estrategia de combate.

Todo ello hace dudar a los electores de una capacidad de brindar protección ante el crimen organizado y el narcotráfico, porque además, es evidente la incapacidad de las autoridades para proteger la seguridad e integridad de las familias ante el poderío de las mafias de todo tipo, además concentrar todo el poder en una sola persona que también es incompetente para ofrecer servicios sociales que funcionen y de elaborar normas fiscales equitativas.

EN ANPALISIS FINAL

El poder político dejó de ser un instrumento de bien común para transformarse en un aparato de sometimiento y corrupción. Venezuela es un ejemplo. México puede llegar a serlo.

Es decir, la Política ha perdido el alma. 

 (1) https://auladsi.net/la-democracia-en-la-dsi#:~:

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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