Todos los automovilistas quieren poder utilizar su coche sin restricciones a pesar de carecer de los ajustes necesarios para que el vehículo no contamine excesivamente y por lo tanto se le niegue circular o por hacerlo deba ser multado, por ello miles de dueños de las unidades prefieren dar una cantidad extra de manera informal para pagar el “brinco” y pasar así, sin dificultad alguna, la “verificación vehicular”, lo que es un acto de corrupción consensuada entre el funcionario público y el ciudadano.
Actos de este tipo para obtener permisos o documentos e incluso para evitar cuantiosas multas, se presentan día a día en diferentes dependencias gubernamentales, algunas veces de manera acordada con los ciudadanos y otras tantas prácticamente de manera obligatoria por parte de algún funcionario que exige dinero para él pues de lo contrario boicotea el trámite o permiso solicitado por alguna persona.
El impacto económico de la corrupción en México asciende a más de 500 mil millones de pesos anuales, lo que representa aproximadamente el cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), aseguró la Cámara Internacional de Comercio (ICC México) con base a datos del Informe Nacional de Evaluación 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
A cuidarles las manitas
A fin de combatir los delitos de corrupción desde la administración federal, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció a mediados de noviembre la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, cuya principal misión será digitalizar los trámites que hoy se realizan de forma presencial.
Durante el anuncio de esta nueva agencia, José Antonio Peña Merino, titular de la misma, destacó que el motivo de la creación de esta institución es unificar las capacidades tecnológicas del gobierno federal para su mejor aprovechamiento, generando autonomía tecnológica e impulsando soluciones tecnológicas desde el interior de la administración pública, lo cual se traduce en austeridad y cero corrupción.
El reto en el combate a la corrupción es mayúsculo, toda vez que de acuerdo a una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), el expresidente Andrés Manuel López Obrador desarticuló los Sistemas Nacional y Estatales Anticorrupción en complicidad con el Senado y los Congresos Estatales: 88 por ciento de los Sistemas Anticorrupción de México no cuentan con todas las designaciones necesarias.
Además, destaca que de acuerdo a la medición del Observatorio Anticorrupción de México que elaboraron junto con Proyecto CO+MÚN, se detectó que en el primer trimestre de 2024, el 76 por ciento de los Sistemas tenían pendiente al menos una designación.
Mientras que al segundo trimestre de 2024, los poderes legislativos no realizaron ningún nombramiento y esa cifra se mantuvo. En el último trimestre del gobierno de López Obrador terminó con 29 de los 33 Sistemas sin por lo menos una designación; esto representa 88 por ciento del total.
MCCI afirma que “la falta de estos nombramientos no sólo debilita el funcionamiento de los Sistemas, desde el Comité Coordinador hasta la Comisión Ejecutiva, sino que restringe el derecho de la sociedad a participar en la agenda anticorrupción y restringe el diseño, propuestas y seguimiento de política pública en la materia”.
Ir a fondo
Por su parte, CO+MÚN resalta que abordar la corrupción en México requiere una visión que trascienda la simple implementación de mecanismos de control y de ética. Es fundamental considerar el contexto político y las dinámicas de poder que perpetúan la corrupción. Esto implica no solo fortalecer las instituciones encargadas de hacer frente a la corrupción, sino también fortalecer las instituciones de justicia, promover una participación ciudadana activa y efectiva, y garantizar que las políticas anticorrupción incluyan enfoques de Derechos Humanos, equidad de género y justicia social.
Solo a través de un enfoque que integre estas dimensiones será posible avanzar hacia un futuro donde la transparencia y la rendición de cuentas sean la norma, y no la excepción.
Es necesario reconocer que en muchas ocasiones la corrupción también se comete por parte de los ciudadanos algunos de los cuales ven como normales este tipo de prácticas, por lo que se requiere que desde las mismas familias se fomenten valores y se visualicen como el verdadero cáncer que inhibe el emprendimiento, el cumplimiento de obligaciones y por lo tanto que se lleve un adecuado proceso de recursos que retornen en acciones de bien común a la población.
¿Cómo combates tú a la corrupción?
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