Al entender el sexo seguro se destierra la práctica de relaciones a la carta, por conveniencia, sin discriminación y sin responsabilidad ante las consecuencias.
La doctora en Bioética Rosario Laris es muy conocida en nuestro medio porque, además de las consultas en las que atiende a muchas personas, dicta conferencias y en YouTube tiene varias grabaciones en las que expone temas alrededor de su especialidad. Sus enfoques son veraces y accesibles. Tiene varias publicaciones. Es Directora de Sexo Seguro, AC, que defiende el matrimonio, la vida y la familia.
El 26 de agosto en Santiago de Chile presentó un nuevo libro ¿Sexo seguro en América?, en el marco de la XX Jornada de Libertad, Responsabilidad y Sexualidad organizada por el Instituto Formación y Estudios sobe la Mujer (ISFEM) y la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Ofrece datos sobre los efectos del ejercicio de la sexualidad sin una práctica adecuadamente honesta. Pone el dedo en la llaga: el ascenso de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y VIH/SIDA. Asunto que evidencia que el placer por el placer tiene un muy elevado costo.
El trasfondo al que debemos llegar es el de entender que el sexo seguro solamente es posible con el auto gobierno para ejercer la verdadera donación. Esta autenticidad se alcanza con la práctica de la fidelidad y de la exclusividad. No con el apoyo de fármacos u otros accesorios como el condón. Estos recursos no fortalecen el carácter, la fidelidad y la exclusividad sí.
La autora lo manifiesta así: el sexo seguro no se compra en las campañas para el uso de preservativos, es aquel que permite vivir las relaciones sexuales con donación total y aceptación del otro. Se cuida la salud física, la vida emocional, intelectual y espiritual. Todo ello es posible cuando existe fidelidad, exclusividad y compromiso para toda la vida.
Al entender así el sexo seguro se destierra la práctica de relaciones a la carta, por conveniencia, sin discriminación y sin responsabilidad ante las consecuencias. Y se asume el amor de donación de cuerpo y alma, voluntaria y estable, peculiaridades que arropa la institución del matrimonio.
Laris aconseja los valores de la espera y la abstinencia sexual para evitar los contagios de las más de 35 ITS, como el virus del papiloma humano (VPH), la hepatitis B, el herpes simple, el VIH/SIDA, el citomegalovirus, la gonorrea, la sífilis o la clamidia.
Éstas a su vez provocan enfermedades graves como los tumores genitales malignos, cáncer cervicouterino, infertilidad, artritis secundaria por gonorrea y clamidia, insuficiencia hepática, cáncer de hígado, enfermedades del sistema nervioso central, y otras.
Los datos de la OMS, recogidos en el libro, aseguran que básicamente las infecciones no han disminuido, una de cada veinticinco personas en el mundo padece al menos una ITS. Además hay 530 millones de personas infectadas por herpes genital y 290 millones de mujeres contrajeron el VPH. Las infectadas por el VPH tienen entre 17 y 33 años, dato que muestra que el principal grupo de riesgo son adolescentes. Laris afirma: “a menor edad del inicio de la vida sexual, más número de parejas sexuales y mayor número de enfermedades sexuales”.
Conclusión: la abstinencia sexual evita el embarazo adolescente y las enfermedades sexuales. Facilita la elección de la persona con quien se quiere compartir la vida en matrimonio, para apoyar la fidelidad.
Papel insustituible de los padres
Son los primeros educadores, y específicamente expertos en el tema de la sexualidad. Por ello, están dotados para evitar la sexualidad precoz y saben cómo abordarla, pues conocen y quieren a sus hijos desde pequeños.
En la familia se garantiza el cuidado y el desarrollo de las personas. Por esta razón, la sociedad y el gobierno han de proteger a la familia –compuesta por papá, mamá e hijos–. Incluso cuando los padres experimentan serios problemas, y los ubican bien, son los más aptos para aconsejar mejor a los hijos.
Al tener hijos, los padres deben profundizar en el valor de su propia sexualidad y así, la misma vida les hace ser los principales educadores de la sexualidad de sus descendientes. Ahora se cuenta con muchos recursos para mejorar la formación, e incluso, para progresar en la relación conyugal.
Tienen el deber de buscar la institución educativa que les respalde en la educación que desean para sus hijos, y estar pendientes de que así sea. Además estar atentos de los servicios de salud que ofrece la sociedad y equilibrar los contenidos, o desecharlos si no son convenientes.
Otro aspecto muy importante es el de las amistades de los hijos, en la adolescencia resulta especialmente delicado. Contar con información certera, científica y objetiva para encaminarlos a tiempo en sus hábitos de sexualidad. Es importante que sepan la dignidad de ser persona, consolidar su personalidad e ir consolidando su proyecto de vida. Un factor que ayuda es la promoción de los valores religiosos, pues les da fortaleza para llevar a cabo sus decisiones y tener conductas más sanas en la relación con los demás, en las relaciones dentro de la familia, y en el modo de divertirse: sin drogas, alcohol o sexo.
Políticas públicas
Laris aconseja a los padres exigir a las autoridades políticas públicas que fortalezcan a la familia, y promuevan mejores prácticas en la salud, para evitar las infecciones y prevenir las adicciones.
El libro se puede adquirir en contacto@sexoseguro.org
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