“Si México desea alcanzar objetivos importantes en materia económica, como la autosuficiencia alimentaria, y revertir las condiciones que tienen algunos productos básicos, necesita tener una mayor visión empresarial y concientizar a las autoridades, los productores mexicanos y los comercializadores de lo anterior y generar mejores decisiones con enfoque productivo”, afirmó Pablo Saravia, consultor del programa de capacitación del a Organización de las Naciones Unidades para la Alimentación (FAO).
En el marco de las conferencias del Foro Internacional Agroindustrial, organizado por la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), dijo que es necesario además fortalecer las políticas fiscales y crediticias de los productores del campo.
Consideró que las políticas públicas deben estar encaminadas hacia promover la capacitación y el mayor uso de tecnología, que permitan revertir los déficits que se tienen en productos importantes como el maíz amarillo, el frijol, el pollo, la carne de porcino y de bovino.
El funcionario de la FAO reveló que México tiene, actualmente, un total de 46.8 millones de personas en pobreza y, de ellos, 9.1 millones sufren hambre crónica y 23.4 viven en insuficiencia alimentaria, además de que 4.4 millones de hectáreas producen alimentos que nunca van a ser consumidos.
Por otra parte, Elsa Gutiérrez Cortés, catedrática de la Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán de la UNAM, habló sobre cuatro productos de alta producción en México, que tienen un considerable potencial de producción adicional con sus residuos: el cempasúchil, el nopal, el amaranto y el tamarindo.
Durante su exposición Valor Agregado para la Producción Primaria con Fines Agroindustriales, hizo énfasis en la necesidad de que haya inversionistas que vean las ventajas en materia de salud, comercio, la generación de empleo y potencial exportación de estos productos para convertirlos en un considerable negocio.
“Es necesario impulsar el conocimiento de estos productos, su potencial al deshidratarlos, lo que permite hacerles mercadotécnica y promover su uso para generar alternativas de inversión, producción y comercialización, como lo han hecho incluso naciones asiáticas con productos de origen mexicano y que les ha permitido generar millones de dólares en ganancias”, señaló Gutiérrez Cortés.
Por otro lado, Alonso Fernández, presidente de Asociación Nacional de Establecimientos Tipo Inspección Federal, dijo que, en México, no toda la carne que se consume está certificada y sólo lo está alrededor del 60 por ciento, lo que refleja la necesidad de trabajar en la promover las normas y la inocuidad de los productos.
En tanto, Mildred Eurídice Villanueva, presidenta de la Organización de Certificación de Establecimientos TIF, sugirió la creación de una normatividad que permita a los rastros municipales cumplir con algunas condiciones de sanidad que rigen a los rastros Tipo Inspección Federal.
Isaac Pavón, consejero nacional de la Rama 14 de Canacintra, dijo que únicamente el dos por ciento de los rastros del país tiene un adecuado manejo de efluentes residuales.
Durante el panel Establecimientos TIF Agroindustria con Alto Valor Agregado, los participantes hicieron hincapié en la necesidad de que la totalidad de los rastros en México pasen a formar parte de la cadena Tipo Inspección Federal, o bien, procuren seguir una normatividad allegada a la que rige a los establecimientos TIF.
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