México durante décadas ha obtenido malos resultados en lo que a educación se refiere.
Puede haber diferentes maneras de contar la historia, incluso a algunos nos tocó estudiar la “Historia oficial México” en la que se exaltaban algunas figuras dándoles el título de héroes nacionales, mientras que otros, siéndolo fueron juzgados injustamente como traidores o simplemente enterrados en el olvido.
Hubo décadas de la historia de nuestro país que permanecieron guardadas en archivos olvidados, y que a petición de algún estudioso, salieron después de muchos años a la luz pública. Tal es el caso de la época cristera, cuando el historiador francés Jean Meyer, por un trabajo personal, comenzó a desempolvar la historia apasionante de la Cristiada, historia llena de traiciones, pero también de héroes y de santos.
La imagen del expresidente Plutarco Elías Calles no fue la misma después de conocer su encono contra la Iglesia, su rabioso anticlericalismo y su afán de ideologizar a niños y jóvenes atropellando el derecho de a los padres de familia en la educación de sus hijos; hechos suficientes para desatar el movimiento cristero.
En la actualidad podremos ver la realidad desde diferentes ángulos, podemos permanecer indiferentes, simpatizar o no con algunos protagonistas de la historia y con sus ideas; pero las imágenes los hechos y lo dicho, quedan registrados gracias a los medios y las redes sociales, dejando en un instante al descubierto la verdad para quien quiera conocerla.
Por eso resultan tan grotescas y ofensivas para los mexicanos las declaraciones y argumentos del presidente de la República y la actitud servil de los diputados de su partido para no sólo echan atrás una reforma educativa incipiente; pero esperanzadora; sino para devolver el poder y el control a los sindicatos de maestros; cediendo a todas las peticiones de la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación (CNTE), que durante años ha mantenido secuestrada la educación de estados como Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas; estados por cierto con el nivel más bajo de aprovechamiento escolar.
Hemos visto las impactantes imágenes de los “maestros” de la CNTE que toman las calles, provocan bloqueos, se apoderan de las plazas, pintan nuestros monumentos y edificios históricos, destruyen comercios y agreden a la policía.
También hemos sido testigos de cómo, a partir de su oposición a la Reforma Educativa en el 2013 y en diferentes hechos, se apoderaron durante meses del zócalo de la Ciudad de México y luego del Monumento a la Revolución, bloquearon en diversas ocasiones el ingreso al aeropuerto, incendiaron las oficinas del PRI de Chilpancingo y la sede del INE en Oaxaca; y vimos a través de los medios, como humillaban, golpeaban y rapaban públicamente a los profesores que pretendieran presentarse en las aulas e impartir clases a sus alumnos, como sucedió, por ejemplo, en Comitán Chiapas. Como resultado de estas acciones se afectó fuertemente la industria del turismo y se dañó la economía de México, tal como en su momento lo declararan CANACOPE, CANACINTRA y COPARMEX.
Y no, ya no estamos en los tiempos en que los archivos de la historia podían guardarse. Podemos, sí, cambiar el ángulo de nuestra visión, tener nuestras propias opiniones, pero la verdad queda siempre evidenciada con las palabras y las imágenes.
Puede haber diferentes maneras de contar la historia, pero hoy no es suficiente el discurso mañanero del presidente, ni los argumentos poco inteligentes de los legisladores a su incondicional servicio, ni la intervención de un secretario de educación gris, para justificar las dádivas concedidas al sindicato que ha secuestrado y paralizado la educación y que no obstante los privilegios recuperados, sigue amenazando a las autoridades y dejando a los niños sin clases.
Tristemente, la historia pronto nos confirmará que no es suficiente cancelar lo que ya existe, justificándose con la constante perorata de “la mal llamada reforma educativa” sin tener los instrumentos, instituciones y especialistas adecuados para sustituirla y ofrecer una mejor opción.
México durante décadas ha obtenido malos resultados en lo que a educación se refiere, así lo confirman organismos tan serios como la OCDE, el Foro Económico Mundial (WEF), e incluso el recién desaparecido INEE.
Hoy, podemos ser testigos de cómo se escribe la historia de muchos de nuestros niños, a quienes no les llegará la oportunidad de una buena educación escolar, y viviendo muchas de las veces en un medio de pobreza, violencia y crimen organizado; o bien, redoblamos nuestros esfuerzos y compromiso como sociedad civil organizada que dialoga, exige y trabaja porque quiere escribir con la verdad una historia digna y con un futuro esperanzador para nuestra patria.
“La tolerancia se basa en el estudio y en el diálogo como búsqueda permanente de la verdad. Es un valor de ida y vuelta. Te doy mi respeto mediante mi tolerancia y tú me das tu respeto mediante tu tolerancia. Cuántas veces, quienes exigen tolerancia, se niegan a dispensarla en nombre de la tolerancia”.
Carlos Abascal
Te puede interesar: La nueva escuela mexicana
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com