En el mundo político electoral, las elites económicas, políticas y mediáticas son conocidas como el círculo rojo, un espacio de opinión muy poderoso e influyente en los procesos electorales donde suelen impactar sus expresiones; pero es muy importante que se comprenda que esas opiniones y sus mensajes, no determinan el resultado electoral.
En este segmento se encuentra la opinión de importantes académicos, analistas, intelectuales y periodistas que ocupan un espacio sobresaliente en los medios de comunicación, lo que provoca que muchos públicos confundan estas opiniones del círculo rojo, con la realidad. Por eso hemos insistido que la opinión publicada suele estar muy lejana de la opinión pública.
Espejismo electoral. Con la explosión de la tecnología, la hiperconexión y las redes sociales, ha surgido un fenómeno que amplifica la separación entre la realidad y las opiniones del círculo rojo, es el espejismo electoral. Este espejismo se comporta muy parecido al fenómeno óptico que captura una cámara, en donde los rayos de luz destellan formando una imagen falsa para el observador. El espejismo es una imagen representada por las percepciones y facultades interpretativas de la mente humana.
Pues bien, esta explicación muy técnica se simplifica en la frase “no vemos las cosas como son, las vemos como somos”. Y el uso de las redes sociales, como lo hemos dicho en otras ocasiones, nos pueden llevar a una falsa interpretación de la realidad.
Recordemos que los algoritmos de estos medios están diseñados para complacer a los usuarios, y este hecho amplifica los espejismos. Por ejemplo, si a alguien le gustan las opiniones de Karl Marx o de Simone de Beauvoir, y no las contrasta, la web y las redes le traerán más de esos contenidos y mensajes, y el usuario estará cerrando la mente confundiendo la realidad con las teorías, los hechos con las opiniones. Peor aún, un efecto grave es la polarización que se genera en grandes segmentos de la sociedad que terminarán engañadas por su micro universo; sobre todo quedarán atrapados por sus deseos y aficiones, tal como funcionan ciertas drogas en el cerebro humano, querrán consumir más.
Este fenómeno empieza a llamar la atención de algunos investigadores de la salud mental, ya que al alimentarnos de contenidos donde queremos que todos nuestros deseos se cumplan, pueden traer enormes frustraciones en algunas personas. Todo este fenómeno llevado a las elecciones donde mandan las pasiones más que la razón, provoca duros encontronazos con la realidad.
Ejemplos de espejismos políticos los hemos tenido históricamente. No porque en muchas universidades se exaltaban las bondades del sistema soviético, ese deseo jamás se convirtió en el paraíso comunista, por más teoría y academia, la realidad se impuso y el sistema colapsó.
Recientemente en México, el círculo rojo de intelectuales y opinadores querían creer y difundían que Xóchitl Gálvez era una super candidata, y su percepción estaba en un enorme error. Bueno, pues algo parecido se está viviendo en Estados Unidos con la candidatura de Kamala Harris, prácticamente la mayoría de la élite, o el círculo rojo, ha inflado su candidatura, incluso en los primeros días comentaban que iba a arrasar con Donald Trump y que las encuestas ya marcaban una clara derrota del republicano. La realidad es otra.
Si usted es un simpatizante del partido demócrata en Estados Unidos, todo lo que consume de información es que Kamala está arrasando. Y no le va a aparecer en su consumo de medios, programada en sus hábitos de consulta, que en Polymarket, una plataforma de mercado de predicción descentralizada que permite a los usuarios apostar sobre el resultado de eventos mundiales, Donald Trump está encabezando las apuestas de que ganará la elección. Este sistema, hace unas semanas, registró la subida de Kamala Harris, impulsada por el círculo rojo, cuando fue destapada, después de la fallida candidatura de Joe Biden. Pero ahora lo que señala este “mercado”, es que la candidata demócrata sufrirá una derrota.
Tampoco le va a aparecer en sus redes, que Kamala Harris ha sido sorprendida dando el mismo discurso ensayado y siguiendo un telepronter, varias veces y en distintos mítines.
Sólo hay pocos periodistas que empiezan a ver la realidad, medios poderosos que habían enaltecido a Kamala Harris, y que hora ya hablan de que el resultado electoral en Estados Unidos es impredecible.
En efecto, la realidad, es que por el sistema electoral de USA, las encuestas globales no reflejan al ganador, lo que cuenta son los estados importantes que ganarán más número de delegados, para los candidatos presidenciales.
Los espejismos electorales cada vez son más recurrentes. Y ahí está Argentina: a Javier Milei, casi nadie del Círculo Rojo de aquella nación, lo vio venir.
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