¿Cuesta arriba?

Cuando se inicia un sexenio podría decirse que, para efectos contables, hay borrón y cuenta nueva. Se trata de una nueva administración que trae nuevos proyectos, aunque no puede ignorar las condiciones en que recibe al país. Sin embargo, con la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia las cosas no parecen ser iguales. Ella ha declarado que su gobierno será el segundo piso de la Cuarta Transformación. Esto significa que es más de lo mismo, pero “más elevado”, lo que esto signifique.

Uno de los secretos del PRI para subsistir más de 70 años en el poder, con sus diferentes nombres, por las rupturas, aunque fueran simbólicas entre el presidente que asumía el poder y su antecesor. Esto servía para hacer correcciones respecto de los puntos críticos que generaban tensión con la sociedad. Esta vez, al menos en el mensaje de toma de posesión, lejos de insinuar, siquiera, algún distanciamiento entre la Presidente y Andrés Manuel López Obrador, el cúmulo innecesario de elogios que la mandataria le hizo a su padrino político manda un mensaje totalmente diferente. La Presidente dedicó 44 minutos para alabar a su antecesor, sus políticas, su obra y su trascendencia. Solo faltó que también a él le hubiera besado la mano.

Si todo presidente está condicionado por lo que recibe, en este caso podríamos decir que Claudia Sheinbaum está encadenada, y me temo que condenada, a lo que recibe, que no resulta muy promisorio. Ya desde la campaña muchos expertos indicaban que independientemente de quien ganara la elección, recibiría un país con problemas financieros que, además, parece que se agravarán con la ampliación de los programas sociales que se anunciaron dentro de los 100 puntos del compromiso gubernamental.

Para empezar, podemos comparar los datos comparativos que ofreció Expansión de cómo recibieron su administración anteriores presidentes.

Respecto del Producto Interno Bruto, a precios constantes de 2018, Calderón lo recibió con un 4.8%; Peña Nieto con un 3.6%, López Obrador con un 2%, y Claudia Sheinbaum con 1.8%. Si tomamos en cuenta el crecimiento de la población, podríamos decir que en el sexenio pasado prácticamente no hubo crecimiento del PIB, lo cual significa que estamos estancados.

Lo anterior afecta a los índices de pobreza, aunque las cifras de millones de personas en esta condición han tenido diversas variables que, por lo pronto, resultan favorables a la nueva administración como consecuencia de la distribución de recursos económicos por los programas sociales y el incremento del salario mínimo. Calderón recibió 44.4 millones de personas en condición de pobreza; Peña Nieto 53.3 millones; Peña Nieto 51.9, y Claudia Sheinbaum 46.8.

Otro factor importante para el desarrollo económico es la inversión generadora de empleos. La inversión extranjera directa cuando llegó Calderón había sido de 21,236 millones de dólares; Peña Nieto recibe con una inversión de 21,769 millones de dólares; López Obrador con 34,101 millones de dólares, y Claudia Sheinbaum con 31, 096 millones de dólares. Se considera que las políticas de fin de sexenio de López Obrador obstaculizaron la afluencia de los capitales que buscan relocalizarse y que deberían tener en México su mejor escenario.

Otro tema importante es el de la inflación, ya que ésta disminuye el poder adquisitivo de la población y afecta de algún modo el tema de la paridad con el dólar. Calderón la recibió en 4.1%; Peña Nieto en 3.6%; López Obrador en 4.8%, y Claudia Sheinbaum la recibe en 4.9%.

La estabilidad financiera también depende del déficit gubernamental, que se espera sea del 5% del PIB a fines del presenta año, aunque Hacienda ha pretende que sea de 2.5% para el año próximo, meta que se antoja difícil ante el gasto público que generarán los nuevos programas y la continuidad de los inconclusos del gobierno que terminó.

Aunque López Obrador ofreció no incrementar la deuda externa, ésta se incrementó un 21% a fines del sexenio, y la deuda interna se incrementó en 35.5% ciento en términos reales.

La nueva administración no la tendrá fácil, más bien se proyecta que habrá que ir cuesta arriba para evitar una crisis.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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