Se ha anunciado el nacimiento de Futuro 21, de cara al proceso electoral en que se renovará la Cámara de Diputados y se elegirá a trece gobernadores en varios estados de la República.
Conforme pasan los días, los partidos políticos viven más momentos de confusión, deserciones y divisiones. Ni siquiera los ganadores de la elección pasada están a salvo. Con todo esto, el futuro político de México exige definiciones y cambios que permitan superar la crisis política que se está manifestado en el país.
Los síntomas de descomposición aumentan, pues las fugas en el PRI con motivo de su proceso electoral no se han detenido y algunos de los que se quitaron la indebida franja tricolor de su escudo, ha pasado a formar parte de un grupo tal gelatinoso y confuso, como los que han llevado a las crisis del PAN y del PRD, aunque aquél pareciera ser un intento por revivir a este último en los estertores que está manifestando.
Se ha anunciado el nacimiento de Futuro 21, de cara al proceso electoral en que se renovará la Cámara de Diputados y se elegirá a trece gobernadores en varios estados de la República. El solo nombre ya manifiesta el alcance de miras de este nuevo grupo: las elecciones federales intermedias en que habrá de renovarse la Cámara de Diputados. El aglutinante que dicen ha atraído a adherentes de diferentes corrientes y, supongo, pensamientos políticos, es impedir que Morena tenga una mayoría abrumadora de diputados como ocurre en la actualidad. El objetivo es frenar el neopriismo manifiesto por los morenistas en su comportamiento. Pareciera que el rechazo al neoliberalismo los ha llevado a regresar el reloj de la historia hasta antes de 1997, cuando por primera vez el PRI dejó de ser mayoría.
Futuro 21 ha dado a conocer que entre sus distinguidos miembros se encuentra Silvano Aurioles Conejo, gobernador perredista de Michoacán que en el proceso electoral del año pasado le dio la espalda a su candidato y se pronunció a favor de José Antonio Meade, del PRI. En consecuencia, le dio la espalda a las dos izquierdas y optó por un candidato apartidista que el naufragante Revolucionario Institución utilizó de mascarón de proa para estrellarse, pensando quizá que de esta manera el partido no resultaba afectado.
Otros perredistas destacados son los Chuchos: Jesús Ortega y Jesús Zambrano, a quienes muchos culpan de la debacle del partido pues habrían roto la alianza de las tribus y generado el creciente desconcierto en el partido y que llevó a la fuga masiva hacia Morena, independientemente del imán que fue Andrés Manuel López Obrador. Están también Angélica de la Peña y Fernando Belanzaurán.
Llama la atención la presencia de José Narro, el exrector de la UNAM que sorprendió a muchos con su destape priísta, que lo tenía bien disimulado, su pretensión de dirigir al partido y su asombro de la suciedad de los procesos electorales del PRI, pues el fraude y el dedo que dirige son la condición del partido, que no puede cambiar, como tampoco lo hace el alacrán. La también priista decepcionada, Beatriz Pagés Rebollar, no se resigna a sólo lanzar furibundos ataques al presidente López Obrador en la revista Siempre! y en las redes sociales, sino que se ofrece como activista y seguramente buscará su reelección como diputada.
La excandidata a la Presidencia de la República y sobreviviente de los cambios, Cecilia Soto, hoy diputada por el PT, también se unió al grupo, seguramente también en busca de la reelección a la diputación.
Desertor del PAN, Rubén Aguilar, el intérprete de Vicente Fox, se lanza también a la integración del Futuro inmediato ya ver qué pasa después.
Finalmente mencionaré a Miguel Ángel Mancera sedicente apartidista que se ha cobijado a la sombra del PRD para ocupar puestos políticos y que ahora se define como parte de Futuro 21. Él es senador y por el momento no necesita hueso, pero pareciera que sus miras van más allá del 21 del grupo, pues también podría reelegirse para el Senado.
Perdón, pero olvidaba a Gabriel Quadri. ¿Quién es? Pues quien fuera candidato a la Presidencia por Alianza y patrocinado por Elba Esther Gordillo. Sí, el mismo de las miradas indiscretas a una edecán, que lo llevaron a volverse popular por ellas y no por su nivel político.
Esta mezcla de color arlequín no parece conducir a nada, al menos de manera visible, aunque a fin de cuentas la mayoría tira por la izquierda, por eso Futuro 21 es un PRD que cambia de piel, aunque eso no lo hace renacer. ¿Será ésta la causa por la cual ahora abandonaron el barco Juan Zepeda y Alejandra Barrales?
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