La nueva escuela mexicana

El aprendizaje que hoy reciban los niños será el futuro de nuestro México.


 Regreso a clases


Terminaron las vacaciones. Los niños miran con ilusión los nuevos cuadernos ya forrados, los colores y lápices y sacapuntas acomodados con todo orden en la mochila también nueva. Inicia un ciclo escolar lleno de promesas y misterios; y mientras que los pequeños están inquietos por saber quién será su nueva maestra o quizá maestro, cuál será su nuevo salón de clases, o quiénes serán sus nuevos compañeros, los papás un poco o un mucho desgastados y gastados por las compras de los útiles escolares, los uniformes y los zapatos, sonríen al ver sus caritas ilusionadas y al sentir en lo más profundo la satisfacción de poder brindar a sus hijos la oportunidad de una educación que les ofrezca un mejor futuro.

Estas imágenes quedan por siempre en el corazón de los padres, y vuelven a visitarnos cuando inicia un nuevo año escolar aunque los hijos ya sean mayores.

La escuela es naturalmente, un lugar de oportunidades y progreso, donde se combate la ignorancia, se abren nuevos horizontes y se conoce la ciencia y la verdad, donde aprende el educando los números y las letras, pero también donde se debe enseñar a ser mejor persona, a convivir pacíficamente con sus semejantes y a ser feliz.

La educación es un derecho humano de todo niño y adolescente y es una obligación de los padres de familia enviarlos a la escuela, así como es una obligación del estado el proporcionársela.

Si bien es una obligación del Estado brindar educación gratuita a todos los niños, éste ha recibido siempre un invaluable apoyo por parte de los particulares para cumplir con este mandato constitucional que además tiene singular relevancia porque da paso a la libertad de educación, esto es, al derecho inalienable de los padres para elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos. Así los papás pueden elegir entre enviar a su hijo a la escuela pública o bien, a la escuela particular.

Lo que no saben los niños ni muchos de sus padres, es que hoy su futuro está amenazado con el plan del gobierno en turno de la “nueva escuela mexicana” donde la novedad estriba en que no se busca el interés superior del niño, sino el control absoluto de la educación en México. Hoy algunos legisladores pretenden hacer una nueva Ley General de Educación para “recupera la rectoría de la educación”.

El plan del actual gobierno por crear la “nueva escuela mexicana” se convierte en una gran amenaza no sólo para las escuelas particulares, también y sobre todo para los padres de familia que buscan mejores opciones de estudio para sus hijos.

Esto implica, por ejemplo, que nuestros niños tendrán que estudiar la Cartilla moral en lugar de recibir una muy necesaria instrucción de Civismo utilizando textos modernos y adecuados.

No importa que la motivación de los progenitores sea brindar una formación diferente a la deficiente que ofrece la escuela pública, no importa si lo que los papás quieran un mejor nivel de inglés, de tecnología, una educación en la fe que profesan, o simplemente evitar que la educación de sus hijos dependa de la disposición de los sindicatos, por cierto muy fortalecidos por la 4T, a impartir o no clases. Recordemos por ejemplo, cuántos años escolares inconclusos en las escuelas públicas de Guerrero y Oaxaca, porque los maestros estaban en huelga.

Por supuesto que no es novedad la rectoría de la educación por parte del estado, establecida en la Constitución de 1917, lo que verdaderamente preocupa es la intención del gobierno de López Obrador por controlar y reprimir el derecho de los padres tal como lo hicieron sus antecesores como Portes Gil:

“debe tomar al infante desde antes de nacer y luego conducirlo por el jardín de niños, por la escuela primaria, por la secundaria, por la técnica y hasta por la misma universidad. Cuidando que aquel cerebro no se pervierta, cuidando que esté al servicio de la Revolución…” (1929)

O de Plutarco Elías Calles quien afirmó en su famoso grito de Guadalajara que:

“…Es necesario que entremos al nuevo periodo de la Revolución, que yo llamaría del periodo revolucionario psicológico; debemos entrar y apoderarnos de la conciencia de la niñez, de la conciencia de la juventud, porque son y deben ser de la Revolución”. (1934)

Fue la acción decidida de los padres de familia de aquellas épocas, quienes lograron frenar las acciones del gobierno en contra de su derecho a la educación de sus hijos y de las escuelas particulares católicas que les permitían ejercer ese derecho.

El futuro de los niños, de nuestros niños está siendo amenazado por un gobierno de ocurrencias que pretende imponer en la escuela tanto pública como particular una educación en ideologías: ideología de género, ideologías políticas, que enfrenten a futuro a los hijos con los padres, a los pobres con los ricos, a los alumnos con los maestros.

No podemos permanecer callados ante tal coacción. Es una tarea en que los padres de familia organizados debemos alzar la voz y defender nuestros derechos y los de nuestros hijos. Detrás de cada director, hay 200, 500 o miles de papás dispuestos a expresar pacíficamente nuestra voluntad para que se respete el derecho a la libertad de educación.

Las caritas ilusionadas y felices de todos los niños que esta semana iniciaron la aventura de un nuevo ciclo escolar merecen todo nuestro empeño, nuestro esfuerzo y nuestra decisión. El aprendizaje que hoy reciban será el futuro de nuestro México.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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