Democracia: mucho más que votar electoralmente

Por diversas razones, sobre todo por temáticas de actualidad, se hace una cierta identificación de democracia con procesos electorales. La democracia, se insiste mucho, se vive con organización justa y debida de procesos electorales, y en ellos que la ciudadanía tome decisiones votando por las opciones que mejor le parezcan. Y la antidemocracia, sería la manipulación de dichos procesos y sobre todo la limitación del ejercicio del voto y la falsificación de los resultados. Pero la democracia es mucho más que elecciones.

Para comenzar, la democracia incluye otras decisiones que deciden y afectan a una población, además de elegir gobernantes y legisladores. También se vota en los ejercicios de referendos, revocaciones de mandato o consultas populares, por ejemplo. La ciudadanía puede tomar decisiones en diversos asuntos que le competen, desde planes de gobierno, reglas de convivencia comunitaria, proyectos que pueden o no afectar su modus vivendi, como uso de suelo, construcción de presas y otras grandes, obras hidráulicas que pueden afectar a sus poblaciones y hábitat en general.

La democracia incluye la justa distribución de los beneficios del gasto gubernamental y de políticas de gobierno. También una justa carga impositiva a la población. La democracia incluye el respeto al legítimo derecho a una vida digna y libre de violencia, incluye la protección del Estado para la seguridad personal de la población y de sus bienes.

La democracia está o no activa en las decisiones legislativas que se toman en los parlamentos, cámaras de senadores o diputados, asambleas legislativas. Allí las votaciones no las hace la ciudadanía, sino los representantes que por ella fueron electos, pero siguen siendo decisiones que deben respetar la democracia. Aprobar cambios o nuevas disposiciones constitucionales o de leyes secundarias son decisiones que deben ser democráticas, es decir, ir en respeto a los derechos humanos fundamentales constitucionales, comenzando con el derecho a la vida.

Las decisiones en sentencias de los poderes judiciales a niveles nacionales o locales deben ser absolutamente respetuosos de los derechos de la ciudadanía, derechos que deben ser salvaguardados en las constituciones y demás leyes, incluyendo hasta en reglamentaciones de dichas leyes. Es deber de la más alta jerarquía de un poder judicial velar porque ni en las leyes o reglamentaciones se atente contra los derechos de la población. Se debe respetar la democracia declarando cuando alguna disposición legal viole lo dispuesto en las constituciones nacionales o locales, así como lo ratificado nacionalmente de convenios internacionales. Igualmente es deber suyo determinar la protección del poder judicial ante violaciones legales o abusos de parte de autoridades, lo que en México se conoce como derecho de amparo.

La democracia incluye el legítimo y legal derecho de respeto a la soberanía de estados (departamentos y más se denominan en algunos países) y municipios, determinada por constituciones y leyes de la materia, por parte de autoridades de una nación, sea república o monarquía.

La famosa definición de democracia de Abraham Lincoln de ser “el gobierno del pueblo, por el pueblo para el pueblo”, se cumple con el amplio concepto de gobierno, y no se limita a elegir quién gobierna. Las leyes, políticas y prácticas de los gobernantes y legisladores, así como de quienes ejercen poderes judiciales deben ser precisamente a nombre del pueblo, por el pueblo, su mandante, y para el beneficio del pueblo, no en su perjuicio o discriminando a favor de grupos del pueblo y excluyendo a otros, en especial sin que los mandatarios electos o designados (incluyendo a los autodesignados) se arroguen los beneficios de gobierno excluyendo al pueblo.

La democracia, hay que repetirlo, va mucho más allá que ejercer el derecho del voto electoral. La democracia incluye decisiones legislativas y de gobierno que se toman por ejercicio del poder ejecutivo y legislativo a favor de los derechos de la población y en su nombre, así como la justicia impartida. La democracia incluye la justa distribución de los beneficios de la economía nacional, de la justa distribución de la riqueza, del prudente gasto del gasto público y los beneficios de las decisiones de autoridades. La democracia incluye la protección de la seguridad de la población, que se dice es la principal tarea de un Estado. La democracia, sí, es mucho, pero mucho más que el derecho al voto electoral.

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