Andrés Manuel López Obrador presentó su sexto y último informe como presidente de la República con un discurso en el que se jactó de haber cumplido sus compromisos al iniciar su mandato, gracias a lo que hoy en el país hay menos pobreza y desigualdad; en el que existe un sistema de salud mejor que el de Dinamarca; donde la percepción de seguridad es la mejor en los últimos 10 años, y en el que se cortó de tajo con la corrupción.
Ante una Plaza de la Constitución en la que se tuvo el escrupuloso cuidado de que se viera llena con el pueblo bueno y sabio para ser el escenario en el que el presidente más popular daría un discurso triunfalista de su labor en estos últimos seis años al frente del Ejecutivo.
Pero no podía irse sin mencionar lo que para él todavía falta por finiquitar, en uno de los temas que para él sería uno de sus principales logros para implementar completamente su modelo de nación, la reforma al Poder Judicial.
“Hemos denunciado con hechos los actos de corrupción e influyentismo que predominan en el Poder Judicial. Debido a ello es que enviamos al Congreso una iniciativa para que el pueblo elija a jueces, magistrados y ministros, con el propósito, con el propósito de que impartan justicia en beneficio de todos y no estén al servicio exclusivo de la delincuencia organizada y de la delincuencia de cuello blanco; que estén al servicio del pueblo.
De manera sarcástica y burlona, López Obrador pidió a los asistentes que votaran a mano alzada por la reforma:
“A ver, aquí vamos a hacer una consulta, aunque mañana nos van a criticar, pero es muy divertido, porque como se enojan tanto, hacen hasta el ridículo, lo digo con todo respeto, y no podríamos vivir tan aburridos.
“A ver, ustedes qué prefieren, ¿que a los ministros los elija el presidente y los senadores o que los elija el pueblo?… A ver, que levanten la mano los que piensan que es mejor que a los ministros los elija —y a los jueces— el presidente y los senadores. Que levanten la mano. Pues no veo a nadie. Que levanten la mano los que consideren que es mejor que los elija el pueblo, a jueces y magistrados. Bájenla. Abstenciones, que levanten la mano. No hay abstenciones.
“Bueno, esto ayuda a entender cuál es el sentimiento del pueblo”, expresó.
Menos inseguridad ¿seguro?
La inseguridad ha sido una de las principales preocupaciones que los mexicanos han señalado. Por lo que a pesar de que muchos ciudadanos tienen miedo de andar por las calles y otros han sido víctimas de la delincuencia, en su informe el presidente dijo que la percepción en materia de inseguridad es la menos mala en los últimos 10 años, y detalló que es de 59.4 por ciento, 15.5 por ciento menos que cuando inició su gobierno.
Indicó que los delitos del fuero federal se han reducido en 24.8 por ciento. El homicidio en 18 por ciento; el robo bajó en 29.5 por ciento; el feminicidio en 37.6 por ciento; el robo de vehículo en 48.6 por ciento y el secuestro se redujo en 77 por ciento, pero no habló sobre las extorsiones las cuales de acuerdo a testimonios ciudadanos se han disparado y su práctica se sigue incrementando.
Asimismo, indicó que a diferencia de lo que sucedía en los gobiernos neoliberales, ahora no se reprimía al pueblo, no se ejecutan masacres, no se tortura, no se desaparece a nadie, no se tolera la violación de los derechos humanos y tampoco existe un narco-Estado como el que se configuró en el sexenio antepasado”.
Aseguró que “en el combate a la delincuencia organizada se usa más la inteligencia que la fuerza y se redujo el índice de letalidad”. Para explicar el significado de letalidad, López Obrador mencionó que a diferencia del periodo de Felipe Calderón, en su mandato hubo menos uso de la fuerza y más respeto a la vida en los enfrentamientos entre las fuerzas armadas y los grupos delictivos.
Con respecto a los jóvenes de Ayotzinapa, reconoció que era una asignatura pendiente y a poco menos de que concluya su administración indicó que seguirán buscándolos.
Ya ni hay pobres
Entre lo que el presidente López Obrador mencionó como uno de los grandes logros de su gobierno fue el de que ahora hay menos pobres que antes. “Mientras en los sexenios de Calderón y Peña Nieto cada mes se empobrecían 100 mil personas, en nuestro gobierno, por el contrario, cada mes salen de la pobreza 100 mil mexicanos”, se ufanó.
“Hemos sostenido y comprobado que funciona el principio de que: por el bien de todos, primero los pobres. A 30 millones de hogares de 35 millones que existen en nuestro país les llega, cuando menos, un Programa de Bienestar o reciben una pequeña porción del presupuesto público; y al resto, a los que no tienen un apoyo de manera directa, al final de cuentas, también resultan beneficiados porque en el país hay crecimiento económico, capacidad de consumo, empleos, mejores salarios, y esto llega a las clases medias y hasta arriba de la pirámide social”, resaltó como parte de una estrategia popular con la que se ha combatido la pobreza.
Entre los apoyos que se dieron en este sexenio, mencionó al programa Tandas para el Bienestar que tiene como objetivo otorgar créditos sin intereses y sin burocracia a pequeños empresarios, artesanos, comerciantes y otras personas que forman parte de la llamada economía informal. En 2020, con motivo de la pandemia, -que tanto dolor nos trajo- en ocho meses se otorgaron un millón 500 mil créditos a la Palabra por un monto de 36 mil millones de pesos. Del 2019 a lo que va de 2024 se han colocado 2 millones 800 mil créditos con una inversión de 46 mil millones de pesos.
Sin embargo, en su discurso no tocó el tema de las micro, pequeñas y medianas empresas que son el gran motor de la economía del país y que hoy en día atraviesan por muchas dificultades para su operación y sostenimiento.
El mandatario indicó que “ha quedado demostrado que se puede gobernar en beneficio de todos los mexicanos sin aceptar recetas, modelos o agendas impuestas por organismos financieros internacionales, o por poderes hegemónicos de cualquier signo político o ideológico”.
Por otra parte, destacó que a pesar de la caída en la economía en México y el mundo a consecuencia de la pandemia, su sexenio iba a terminar con un crecimiento promedio del uno por ciento, “algo verdaderamente excepcional ante un entorno económico extremadamente difícil en el país y en el mundo”.
En este sentido indicó que a su llegada la economía de México ocupaba el lugar 15 en el mundo y ahora se ubicaba en el lugar 12.
Asimismo, destacó que México está considerado como uno de los países más atractivos para invertir y hacer negocios y apuntó que el año pasado ascendió a 36 mil millones de dólares de inversión foránea.
Resaltó que en este sexenio desplazamos a China y a Canadá, y hoy somos el principal socio comercial de Estados Unidos.
Feliz, feliz, feliz
Durante seis años como presidente, López Obrador impuso su modelo de país, el cual tendrá continuidad durante el mandato de Claudia Sheinbaum, como ambos han asegurado.
El aún jefe del Ejecutivo señaló que aún con lo mucho que se ha logrado, “todavía es notorio el atraso que padecemos por el largo y tormentoso periodo en que el gobierno estuvo en manos de oligarcas insensibles, que nunca se preocuparon por el bienestar del pueblo y sólo se dedicaron a saquear e impedir el progreso con justicia de quienes nacimos, vivimos en este paraíso llamado México. Por lo mismo, es indispensable seguir luchando para fortalecer lo alcanzado y continuar construyendo una patria nueva, generosa, eterna”.
Antes de finalizar, López Obrador dijo que “la felicidad no reside en el dinero, en las posesiones materiales, en los títulos, ni en la fama, ni en la búsqueda del poder por el poder. La felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra consciencia y con el prójimo”.
¿Crees que hoy vivimos en un país con un desarrollo económico de primer mundo en el que hay menos pobres, mayores oportunidades para la población y un sistema de salud mejor que el de Dinamarca?
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