En verdad que hay tantos temas en la agenda nacional que se complica escribir de solo uno de ellos, por lo que hoy espero poder emitir mi opinión sobre algunos.
Hay que partir de que, tal parece que el presidente López Obrador, quien se ha empeñado a emular la forma de gobierno de los presidentes priistas de los años 60s y 70s se ha olvidado de una de las reglas no escritas en la política pero respetada por todos ellos, “el presidente deja de gobernar en el momento en que se nombra su sucesor”, hoy sucesora, pues no sólo no ha dejado de decidir, insinuar, hacer, opinar o planear, sino que sigue confrontando desde el púlpito presidencial, originando una serie de problemas con los cuales deberá batallar su sucesora.
Esa desatención del presidente a la referida norma, aunado a su deseo ferviente de terminar, a como dé lugar, los proyectos materiales y políticos que prometió han provocado un total desaseo en la consecución de sus propuestas de reformas legales y constitucionales.
De entrada, la forma por demás irregular en la que los partidos políticos afines al presidente han logrado tener mayoría calificada en el próximo Congreso de la Unión, polarizan a los partidos políticos y a la sociedad civil. Es claro que con ninguna justificación jurídica tanto el Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) les han concedido contar con el 72.8% de los integrantes de la Cámara de Diputados cuando solo los ciudadanos les otorgaron un 54% de los votos. El hecho de que en el dictamen de las Comisiones de la actual Cámara de Diputados para “reformar el Poder Judicial”, se le garantiza a los actuales Ministros Electorales del TRIFE la permanencia en el cargo hasta el año 2027, causa muchas sospechas de corrupción.
La forma tan sucia en que Morena adquiere para sus filas a los 2 Senadores electos que llegaron al cargo bajo la bandera del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de la Alianza Fuerza y Corazón por México, entre ese partido y el PAN y el PRI, buscando la mayoría absoluta de los votos en la Cámara de Senadores, enturbia el panorama político y muestra a fuerzas políticas a las que no les importa la ética y la moral pública.
Con estas cosas, queda claro que la 4T podrá hacer lo que quiera con el Poder Legislativo, y que la oposición será como la de los años 70s, férrea, acusadora, golpeadora, pero sin lograr acordar con la mayoría para conseguir cambios consensuados buenos para nuestro país.
Ya con esa mayoría, el presidente y sus cuatroteros han celebrado que en el mes de septiembre podrán realizar la pretendida reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF), eso ha generado protestas de Jueces, Magistrados, Ministros, y personal en general de ese Poder, apoyados ya en las calles por diversos organismos de la sociedad civil y de estudiantes de no pocas escuelas y facultades de derecho de Universidades de todo el país. Evidentemente las semanas que le quedan de gobierno a López y las primeras de Sheinbaum estarán siendo de movilizaciones populares.
Como hemos visto, los Embajadores de los Estados Unidos de Norteamérica y de Canadá, han reaccionado a estos hechos y han manifestado su deseo de que se revisen los términos de la referida reforma judicial y a la desaparición de los órganos autónomos, entre ellos el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), pues podrían lastimar las relaciones comerciales con sus países.
El presidente olvida que, en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) los países firmantes se comprometen a tener un sistema de transparencia confiable y fuerte, y cumpliendo con sus deseos, ya la 4T aprobó en comisiones de la Cámara de Diputados la desaparición del INAI. Por cierto, el cumplimiento del tratado se revisará en 2025 y ya se ha dicho que la falta de un organismo de Transparencia pone en peligro la continuidad de este.
Torpemente, el presidente anunció su disposición a “pausar” las relaciones con ambos embajadores, sin importarle que son los representantes oficiales de esos países, no simples opinadores a los que no quiere atender. Esta reacción ha generado la caída del valor del peso mexicano ante la moneda norteamericana, alcanzando este día un valor de $19.88 pesos por dólar, afectando la economía de las familias mexicanas.
Hace unos días trascendió la información sobre el endeudamiento público en este sexenio con datos al segundo trimestre de 2024, la deuda neta del Gobierno Federal se ubicó en 13 billones 987 mil 877.8 millones de pesos, equivalente al 47.2% del Producto interno Bruto. Este gobierno está hipotecando a México, y dirán que al cabo a todos los mexicanos nos tocará pagar la deuda.
Por espacio, en otra oportunidad expresaré mi opinión sobre la seguridad pública, salud, educación y muchos otros temas más en los que los mexicanos estamos caminando para atrás.
¿Cuántos errores y abusos presidenciales estaremos viviendo en las próximas semanas hasta llegar al término de su mandato?
Es mi opinión, mientras que en las últimas semanas de su desgobierno el presidente López Obrador continúe con sus necedades y ambiciones, seguirá complicando más el panorama para el inicio del ejercicio de la presidenta electa. México está que arde, López “está dejando la víbora chillando”.
No creo que López se esté dando cuenta de ello, es más, no creo que le importe, pero si los ciudadanos no manifestamos nuestra inconformidad, desde el gobierno seguirán avasallando la vida pública con tal de cumplir sus anhelos personales.
Me queda claro que este gobierno ha aprendido a mentir, robar y traicionar.
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