La situación climática en el mundo cada vez es más compleja, pues el calentamiento global ha originado desastres naturales y condiciones no vistas antes y según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), uno de cada cinco niños en el mundo vive en zonas con un número de días de calor extremo inusual.
Unicef elaboró una comparación entre la temperatura que existía entre la década de 1960 y los años 2020 a 2024, la que arrojó que 466 millones de infantes viven el doble de días de calor extremo de lo que vivían sus abuelos, situación alarmante pues millones de niños no cuentan con infraestructura para protegerse de esas temperaturas.
“El calor extremo va en aumento, perturbando la salud, el bienestar y las rutinas diarias de los niños”, dijo Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, y agregó que en Europa y Asia Central, la frecuencia con la que la población vive olas de calor se ha duplicado, al igual que la intensidad de las mismas que es más letal.
“Los niños y niñas de África Occidental y Central son los más expuestos a días extremadamente calurosos y los que experimentan los aumentos más significativos a lo largo del tiempo”, arrojó el informe de Unicef y destacó que 123 millones de niños o el 39 por ciento del total de la región viven cerca de 95 días de extremo calor.
Sin embargo, en Malí los días de calor extremo son 212; 202 días en Níger; en Senegal 198 días y 195 días en Sudán. Por otro lado, Unicef informó que en América Latina y el Caribe, cerca de 48 millones de menores experimentan el doble de días de calor extremo que lo que vivían las personas en 1960.
“En 100 países, más de la mitad de los niños sufren hoy el doble de olas de calor que hace 60 años. En EUA, por ejemplo, 36 millones de niños están expuestos al doble de olas de calor que hace 60 años, y 5.7 millones están expuestos a tres veces más”, dijo el organismo y detalló que las consecuencias son múltiples.
Salud de los niños peligra por el calor extremo
El Fondo compartió que el calor extremo afecta la seguridad de los alimentos, la sanidad del agua, daña las infraestructuras, interrumpe servicios para los infantes, dificulta su educación, aumenta los desplazamientos y particularmente afecta la salud, pues en casos extremos hasta puede causar la muerte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalló que por cada grado centígrado que aumente en la temperatura diaria, que esté por encima de los 23.9 centígrados, crece en un 22.4 por ciento las posibilidades de que los infantes fallezcan; además, Unicef detalló que el calor extremo puede causar complicaciones en el embarazo.
“Los niños no son adultos pequeños. Sus cuerpos son mucho más vulnerables al calor extremo. Los cuerpos jóvenes se calientan más deprisa y se enfrían más despacio”, dijo Catherine Russell e informó que el calor extremo es peligroso para los bebés, debido a su ritmo cardíaco, el que es más rápido, por lo que el calor es muy serio”.
Finalmente, Russell llamó a los gobiernos del mundo a actuar de forma inmediata para controlar las altas temperaturas y proteger a las personas, y destacó que las acciones que se pongan en marcha impactarán y serán decisivas para las próximas generaciones de niños, quienes disfrutarán el mundo o sufrirán las consecuencias.
El cambio climático es una situación que debe ser tomado en cuenta por todos los gobiernos, ya que sus efectos golpean distintos campos, desde el alimenticio, la salud, la economía, política, educación y hasta la agricultura, por lo que la sociedad debe exigir estrategias enfocadas a revertir los daños al planeta o detener su magnitud.
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