“El abuso sexual en la Iglesia Católica constituye un cáncer, al que, principalmente los pastores, debemos enfrentar contundentemente hasta extirparlo”, se leía en el comunicado que emitió la CEM.
Con motivo de la Jornada de oración por las víctimas de abuso sexual por parte de clérigos, efectuada en la Universidad Pontificia de México, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado a nombre de Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la CEM, en el que reconoció el abuso sexual como un “cáncer” que debe eliminarse cuanto antes.
Además, la Iglesia reconoció que en ocasiones “no sabe comportarse como debe, para afrontar con rapidez y decisión las crisis provocadas por los abusos” y aseguró que en un futuro será reconocida y evaluada por como enfrentaron o solucionaron el problema.
“El problema del abuso sexual en la Iglesia Católica constituye un cáncer, al que, principalmente los pastores, debemos enfrentar contundentemente hasta extirparlo”, comentó el CEM, además de recordar la Cumbre de protección de menores, celebrada en Roma durante el pasado mes de febrero, en la que se reafirmó que la posición de la Iglesia es y será a favor de las víctimas.
Por su parte, Alfonso Miranda Guardiola afirmó que todo abuso debe ser denunciado y que no hay justificaciones para no hacerlo. “Los derechos de los victimarios no pueden nunca primar sobre los derechos de las víctimas, de los más débiles y de los más vulnerables”, recalcó Miranda Guardiola.
Luego de la Cumbre de protección a menores surgió un proyecto a corto plazo propuesto por el CEM y con el que se da prioridad a la víctima. El plan se concentra específicamente en cinco líneas: diagnóstico, prevención, justicia y respuesta, apoyo a víctimas y respeto a la ley, y ya se aplica en México.
1.- Diagnóstico: Consiste en dimensionar y transparentar el problema del abuso sexual infantil, por medio de recopilación de datos.
2.- Prevención: Implementación de protocolos, medidas, políticas y controles que refuercen los mecanismos institucionales en cada diócesis, para formar sacerdotes de bien, que no violenten los derechos de menores o personas vulnerables.
3.- Justicia y respuesta: Asegurarse de que exista un cumplimiento de la legislación civil y canónica, con el fin de que los culpables sean procesados como deben y el daño que se causó sea reparado.
4.- Apoyo a víctimas: Identificar a las víctimas de abuso sexual y brindarles el apoyo humano, espiritual, psicológico y material que necesiten para su recuperación. El tipo de apoyo que se dará dependerá de cada caso o necesidad.
5.- Promover el respeto por la ley: Reforzar la denuncia y actuación responsable, pues al tratarse de un tema delicado se deben seguir estrictamente los protocolos.
La CEM tiene registro de 157 sacerdotes en investigación por abuso sexual; de esos, 101 ya están en procesos ministeriales y han sido privados de ejercer el ministerio sacerdotal.
Finalmente la CEM indicó que “los primeros enemigos están dentro de nosotros, entre los obispos, sacerdotes y consagrados, que no hemos estado a la altura de nuestra vocación” y recalcó que el abuso sexual debe erradicarse cuanto antes para volver a ser un espacio “humilde, creíble y justo”.
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