Realidad e irrealidad ¿de qué vivimos?

Somos sociables. Nos gusta compartir, conocer los sucesos cercanos y lejanos. Gracias a los avances tecnológicos podemos estar al día. Incluso vivir los eventos de un modo presencial a distancia, y esto no es contradictorio, los espacios y los horarios se unifican gracias a los recursos electrónicos. Una experiencia así la tenemos con el evento mundial, multitudinario, de las Olimpiadas.

Las competiciones incentivan nuestras preferencias, deseos, cálculos, pero también preferencias y sueños. Experimentamos gozo y desencanto. Mucha pasión.

Aunque no nos demos cuenta, toda esa vorágine se teje sobre el soporte de nuestros principios, de nuestras creencias, de nuestras tradiciones, de nuestras raíces. Todo esto valiosísimo no podemos deteriorarlo ni menos perderlo. Por otro lado, los contrastes e incluso las exageraciones, nos dan la oportunidad de comparar y de sacar conclusiones. También de rectificar.

Me referiré ahora a los modos de comunicar, muy proclives a la polarización, a las exageraciones e incluso, al adoctrinamiento, especialmente ante eventos esperados a nivel global.

Es innegable el testimonio de la manera de construir los mensajes orales o escritos e incluso, de los discursos o de los de cualquier otro tipo de información. Unos son fieles al suceso, otros buscan entusiasmar, educar o conseguir adeptos aprovechando el evento. Tras de todos está el modo de ser y la intención del emisor, aunque lo más importante es su respeto a la verdad.

La verdad está vinculada a la realidad y a darla a conocer. También hay verdad cuando se manifiesta algo irreal advirtiendo que es irreal. Lo engañoso, opuesto a la verdad, presenta irrealidades como verdaderos sucesos, o impone puntos de vista engañosos para conseguir propósitos que solamente benefician al interesado y a sus seguidores.

El modo de descubrir la veracidad o la falsedad de un mensaje está totalmente ligado a si el contenido es real o no lo es.

Un contenido real muestra los hechos tal como sucedieron, esto está totalmente ligados a la realidad. O si se trata de opiniones presentarlas como opiniones. E incluso si hay propuestas, advertir si se han aplicado y con qué resultados, o si se experimentarán por primera vez.

En los contenidos engañosos o manipuladores no hay verdad. Aunque sí apariencia de verdad. Esa falsificación se da de diversos modos: la más grave es cuando se cambian los datos, o nunca se han dado y se inventan, también si se modifican los autores o los ejecutores, 0 se dan otros resultados, o se acusa injustamente a un inocente.

También hay engaño cuando no se responde a una pregunta y se desvía la atención con asuntos diversos e interesantes pero que no vienen al caso en ese momento. Y, muchas veces a personas incultas o muy sensibles se les engaña cuando el expositor se queja de ser víctima de supuestos agravios o injusticias, con la finalidad de provocar en los oyentes sentimientos de conmiseración. Así consiguen aliados entre el auditorio.

Los medios dieron a conocer el desenlace del enfrentamiento de dos boxeadoras: la argelina de 25 años Imane Khelif y la italiana Ángela Carini. La primera fue descalificada en las olimpiadas del año 2020, ahora se aceptó su participación a pesar de mostrar mayor fuerza física debido a su alto nivel de testosterona. Carini se negó a continuar en el ring por la fuerza de los golpes que recibió.

Esto viene al caso porque la Sra. Georgia Meloni, Primera Ministra de Italia, dio un mensaje digno de analizarse y aprender de él. Es congruente, veraz y muy profesional. Los lectores tienen la palabra, las negritas son mías. (you tube: video-apoyo-meloni-boxeadora)

“No estoy de acuerdo con la elección del Comité Olímpico. No estoy de acuerdo desde hace años, cuando en 2021, si no me equivoco, el Comité Olímpico cambió el reglamento, sobre este tema. Nosotros presentamos una moción, para señalar las consecuencias que podría haber. Porque es un hecho que, con el nivel de testosterona presente en la sangre de la atleta argelina, la competición desde el inicio no es una competición, es una competición que no parece igualitaria.

También había temas relacionados con la seguridad. Y creo que hay que prestar atención a la intención de no discriminar a discriminar. Porque hace años que trato de explicar que algunos planteamientos llevados al extremo tienen el riesgo de impactar especialmente sobre los derechos de las mujeres. Yo creo que atletas que tienen características genéticas masculinas no deben estar metidas en competiciones femeninas. Y no porque se quiera discriminar a nadie, sino por proteger el derecho de las atletas de competir en igualdad de condiciones.

Entonces, no estaba de acuerdo con la decisión en 2021, no estoy de acuerdo con la decisión hoy. Agradezco a Ángela Carini por cómo ha combatido, aunque no hayamos llegado a verla, hemos visto sólo una pequeña parte. Se ha retirado.

Un periodista dice: se retiró porque los golpes eran demasiado fuertes.

Me entristece aún más. Me entristece aún más. Me emocioné ayer cuando escribió que iba a competir. Porque en estas cosas cuenta la dedicación, la cabeza, el carácter, pero también cuenta el poder competir en igualdad de condiciones, y desde mi punto de vista esto no era una competición justa”.

La propuesta está incoada. No se trata de discriminar sino de seguridad. Del mismo modo que hay niveles por peso de los pugilistas (peso pluma, etc.) Para lograr igualdad de condiciones ¿se podría establecer un grupo donde compitieran personas con más fuerza debido a su nivel de testosterona?

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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