Etapas que vivimos en el matrimonio

Hay varias etapas por las que pasa un matrimonio de acuerdo con su edad y la de sus hijos, su adaptación y su crecimiento personal y en equipo.


Matrimonio


La boda es sólo el inicio de una larga carrera que hemos decidido realizar juntos. Después de conocernos, aceptarnos e ir madurando viviremos momentos felices, pero también tristes y difíciles que nos llevarán a alcanzar la meta.

Si conocemos estos cambios, será más sencillo vivirlos y lograr que el matrimonio sea una experiencia extraordinaria.

Los expertos han definido varias etapas por las que pasan los esposos de acuerdo con la edad, adaptación y crecimiento de los hijos.

Transición y adaptación temprana: de la luna de miel hasta los tres primeros años de casados. Es una etapa muy importante ya que es cuando ambos se adaptan al nuevo sistema de vida, en el cual hay diferencias en la manera de ser, de comportarse, de enfrentarse a la vida diaria, hábitos y costumbres propios.

Puede darse una desilusión por expectativas demasiado irreales de lo que se esperaba de la relación. Es muy importante el diálogo y la negociación ante las diferencias y desacuerdos.

Se deben crear y definir límites con las familias de origen; establecer reglas en cuando a la intimidad sobre los gustos y preferencias de cada uno.

Por último, en cuanto al poder, se establecen reglas en temas de dinero, tiempo de descanso, trabajo, diversiones, distribución de tareas del hogar, amistades, entre otros.

Reafirmación como pareja y experiencia de la paternidad: ocurre entre los tres y ocho años de casados, la pareja debe reafirmar su compromiso y hablar de sus diferencias.

La paternidad proporciona grandes satisfacciones, pero también es una etapa de presiones constantes y nuevas experiencias: bebés, horarios y gastos. Se puede cometer el error de centrarse demasiado en ellos y descuidar a la pareja.

Los límites están mejor definidos, y ahora hay que ponerlos ante los hijos. Si la intimidad y comunicación han ido por buen camino, es una etapa de grandes satisfacciones.

En cuanto al poder puede darse una relación simétrica en que ambos tienen los mismos derechos y obligaciones; una relación complementaria en la cual un miembro predomina y el otro obedece y se somete; o bien, una relación paralela en la cual los esposo alternan entre las dos anteriores de acuerdo con los diferentes contextos y situaciones. Esta es la más deseada.

Diferenciación y realización: las parejas se encuentran entre los ocho y veinte años de casados. Es un período de estabilización y una oportunidad para lograr un mayor desarrollo y realización personal y como pareja, aunque puede también convertirse en época de conflicto si no han logrado vivir a fondo las dos anteriores.

Se puede hablar de buenos matrimonios o de aquellos que se consideran insatisfactorios, ya que se han ido alejando gradualmente y no disfrutan de su compañía, no existe apoyo mutuo.

Se debe trabajar para lograr actividades y metas comunes, ser creativos para evitar la rutina y no involucrar a los hijos en las decisiones y conflictos que son únicamente de los esposos.

Estabilización: ocurre alrededor de los 45 y 55 años de edad, y llevan entre 20 y 35 años de casados. Los esposos presentan una etapa de transición de la mitad de la vida, a quien la llama la “crisis de la edad madura” en la cual se reflexionan las prioridades, se ajusta la escala de valores y se busca una mayor estabilización de cada uno y como matrimonio.

Pueden presentarse conflictos tales como diferentes evaluaciones del éxito logrado y de las aspiraciones futuras; la pérdida de atractivo y habilidades físicas; con hijos adolescentes y/o adultos jóvenes pueden surgir diferencias o pleitos.

La partida de los hijos puede, en un momento dado, aumentar o disminuir la intimidad de la pareja, según el grado en el que los hijos estaban interpuestos en entre ellos. Es el famoso nido vacío, en el cual cuando los hijos se van de casa, marido y mujer pueden sentirse como extraños el uno del otro, o bien, como una etapa de mayor convivencia y amor.

Enfrentamiento con vejez, soledad y muerte: los temas principales son la pérdida de capacidades físicas e intelectuales; la jubilación; la soledad por la partida de los hijos y las muertes graduales de parientes y amigos.

Cada pareja lo vive diferente dependiendo el énfasis valorativo que le dieron en las etapas anteriores a diversos factores: atractivo físico, trabajo, educación de los hijos, relación de pareja.

En esta etapa la pareja necesita mucho del apoyo y cariño del otro. Los conflictos son menos frecuentes, se han estabilizado en líneas de poder e intimidad. No involucrarse excesivamente con las familias de sus hijos y con sus nietos. Hay quien asegura que puede ser la etapa de oro del matrimonio.

Como podemos observar, cada etapa del matrimonio tiene sus dificultades y satisfacciones. Lo importante es conocerlas, aceptarlas y vivir cada una de ellas plenamente.

Recuerda: el verdadero éxito de un matrimonio consiste en enamorarse muchas veces… siempre de la misma persona.

 

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