En Suma por la Educación A.C. no creemos que la Evaluación sea un factor para castigar a los docentes, sino para fortalecer las áreas que han estado descuidadas por un sistema educativo con carencias.
Los cambios efectuados a los artículos constitucionales que más directamente se relacionan con educación (3º, 31º y 73º), requerirán que la Ley General de Educación se modifique profundamente.
En primer lugar, es fundamental que, como se describen en la Constitución, en la Ley General de Educación (LGE), se reconozca como prioridad del Estado, el interés superior de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes para el acceso, permanencia y participación en los servicios educativos. La Ley General de la Educación, en su redacción, y en la práctica, debe poner como centro y fin del sistema educativo a los estudiantes, a nadie más.
También es fundamental que la ley quede impregnada con claridad sobre la rectoría del Estado de la educación, así como por el derecho de las madres, padres y tutores de familia de participar como primeros educadores de sus hijos.
Es importante insistir que un cambio de norma no hace necesariamente el cambio en la práctica, por lo que la LGE deberá aterrizar los mandatos constitucionales y servir de “puente” ordenado y congruente, hacia las leyes específicas, instituciones, lineamientos y decretos secretariales.
La Ley General de Educación requerirá cambios no sólo en su redacción, sino deberá contemplar los efectos en los procedimientos, estructuras y reglamentos que existen en la Sistema Educativo. Sólo así se logrará congruencia para alcanzar los niveles adecuados de aprendizaje de los alumnos.
Cada cambio que se realice sobre la Ley General de Educación deberá meditarse con mucho detenimiento; analizando las implicaciones en los procesos, en los recursos, en la normatividad y en las personas.
Por ejemplo, entre los términos a modificar, se encuentra el concepto de Calidad Educativa que deberá modificarse por el de Excelencia Educativa.
Será fundamental para los maestros y directores comprender profundamente la definición de cada palabra involucrada en el concepto de “Excelencia Educativa” para llevarlo a la práctica.
Los maestros y directores relacionaron el término Calidad Educativa con el Modelo por Competencias y con el Nuevo Modelo Educativo articulándolos con los aprendizajes clave.
Lo mismo tendrá que suceder con el término de Excelencia Educativa, el cual, desde el punto de vista de Suma por la Educación A.C., eleva más, los parámetros y las exigencias que se harán a las escuelas, a los maestros, a los directores a los supervisores; tanto para mejorar su desempeño como también para lograr los aprendizajes de los estudiantes.
El concepto mismo también revela un cambio relevante en los Planes y Programas de estudio, y por supuesto, en los materiales educativos.
Los cambios relacionados con la Educación Inicial y la Obligatoriedad de la Educación Superior deberán ser contemplados con la importancia y el tamaño del reto que los legisladores se impusieron. Los retos serán mayúsculos para contar con la selección del personal idóneo, la infraestructura y los recursos que deriven en un sistema educativo congruente y consistente para incorporar a los niños y jóvenes a dichos niveles educativos a la par de que se ofrezca excelencia educativa.
El principal reto será el diseño presupuestal del próximo año y el contemplar la infraestructura y contenidos existentes evitando ocurrencias o el desperdicio de recursos existentes. Será también imprescindible incluir los ordenamientos necesarios para que se definan indicadores para medir el logro en el aprendizaje de los alumnos.
La Ley General de Educación deberá incorporar el tema de evaluación a maestros. Es un tema clave para abrir oportunidades a los estudiantes de nuestro país. Insistimos, lo que no se mide no se puede mejorar. La gran mayoría de los maestros están a favor de una evaluación ordenada, bien diseñada y planeada.
En Suma por la Educación A.C. vemos imprescindible incluir el tema de la evaluación docente desde una perspectiva de mejora personal y gremial. Como una oportunidad para demostrar el potencial del maestro como modelo a seguir y como constructor de conciencias.
La evaluación también es un medio para evitar la discrecionalidad, el nepotismo, la corrupción y la imposición.
En Suma por la Educación A.C. proponemos que en la LGE, se incorporen con claridad y determinación los mecanismos para el ingreso y promoción de los maestros. Para ello, deberán plantearse las acciones que sustituirán las funciones del INEE y los cambios a la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente.
Es importante que los procesos de Evaluación no se incrementen, mucho menos que desaparezcan. La capacitación magisterial deberá estar forzosamente vinculada a la evaluación y viceversa. Deberá estar ligada a procesos de acompañamiento, seguimiento y de análisis sobre su impacto en las aulas. La retroalimentación debe ser un proceso indispensable en el marco de la evaluación-capacitación.
En Suma por la Educación A.C. no creemos que la Evaluación sea un factor para castigar a los docentes, sino para fortalecer las áreas que han estado descuidadas por un sistema educativo con carencias.
Si los procesos de formación continua no impactan directamente en el aula, entonces no servirá de nada.
En relación con la separación de maestros frente a grupo, se deberán contemplar mecanismos para que maestros que no tengan la voluntad, tengan impedimentos físicos o incluso prefieran no estar frente a grupo; cuenten con opciones para continuar en el servicio educativo siendo tutores, asesorando maestros, colaborando en organización de actividades o en tareas administrativas. Estas situaciones son una realidad, no todos los docentes deben estar frente a grupo. La ley debe contemplar que los maestros con vocación sean los que estén frente a grupo, sólo así se hará realidad.
No existe ningún motivo para renunciar a que los mejores maestros estén frente a grupo.
En este sentido, la Formación Continua de los Maestros y Maestras, así como la Transformación de las Normales no deben omitidas de la LGE. En su momento, se deberán definir, en la Ley General de la Administración Pública Federal, si las Normales se integrarán a la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación o a la Dirección General de Formación Continua, Actualización y Desarrollo Profesional de Maestros de Educación Básica. Todo ello, debe irse contemplando a partir de las modificaciones a la Ley que estamos analizando.
Sobre la evaluación de los alumnos, es imprescindible que en la LGE quede asentado cuál(es) serán los instrumentos para ello. En Suma por la Educación A.C. proponemos que se aprovechen los parámetros anteriores generados por las pruebas enlace y planea. Se tome lo positivo de dichas pruebas y se deseche lo que no fue útil.
Sobre las madres y padres de familia es fundamental que se establezca que su participación en comités incluye no sólo la responsabilidad de asistencia de los alumnos a clase o el reparto de recursos para obras de infraestructura, sino también el derecho a contar con información sobre la evaluación de los alumnos, los métodos pedagógicos, los maestros que imparten clases a sus hijos y su corresponsabilidad para coadyuvar al logro educativo.
Todo ello bajo los principios educativos constitucionales: obligatoria, universal, inclusiva, pública, gratuita y laica. En Suma por la Educación A.C. consideramos que la educación también deberá tener bases científicas que alejen a los alumnos de ideologías y doctrinas particulares.
Finalmente, es de suma importancia que las nuevas leyes secundarias estén articuladas con los cambios en el Reglamento Interior de la SEP. La falta de esta articulación ha sido un gran talón de Aquiles que hace que los procesos de implementación se produzcan en forma muy lenta. También es fundamental que los Estados realicen las adecuaciones pertinentes a sus leyes locales para generar armonía bajo un marco federalista.
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