Casi ocho mil millones de pesos al año destinados a cuidar la espalda de los Estados Unidos desde el rabo de nuestra amada República. ¿vamos a pagar con cuerpo?
“Pagar con cuerpo” es una expresión que, para espíritus sensibles, podría constituir una vulgaridad. Ya no.
Luego de la imposición brutal de los Estados Unidos a nuestro país que solo los idiotas podrían entender como un “acuerdo” o una negociación, la expresión que sirve de título a estos párrafos se alza como merecedora de plena reivindicación.
En efecto, la expresión (sinónimo del abreviado “cuerpomatic”) podría entenderse como un intercambio de favores entre personas, una de las cuales, a falta de un mejor recurso, accedía a las intenciones sexuales de la otra u otras. Después del reciente tratado fronterizo queda claro que, por primera vez en su historia, México ha dejado de solventar sus compromisos con oro, con plata, con dólares o con petróleo, para empezar a pagarlo de ese modo.
Así, el cuerpo de la recientemente estrenada Guardia Nacional va a ser el muro de contención de Trump en la frontera sur y sí, sí, sí sí, ¡sí! México terminó pagándolo pues, sostener seis mil efectivos, va a costar una friolera.
Mire usted: hace dos meses, el costo de 600 efectivos aquí en Chihuahua se calculó en dos millones 700 mil pesos mensuales. Una simple operación aritmética, 600 por 10, arroja la suma de 27 millones de pesos mensuales.
Veintisiete millones sólo si no consideramos los costos indirectos de la operación en su conjunto, porque entonces las sumas sí resultan estratosféricas, casi escalofriantes: algo así como 5 714 280 000 pesos. Sí, leyó usted bien: poco menos de seis mil millones de pesos al año —cifra calculada a razón de 952 380 pesos por elemento, según declaraciones de Alfonso Durazo—;3 dinero que no tenemos para resolver un problema que no es nuestro.
Pero esa es solo la mitad del asunto. La otra mitad es que, si bien no existe un consenso sobre el costo que tiene mantener a un inmigrante por gastos de albergue, comida y servicios básicos como agua, luz o baño –la cifra ronda entre los 75 y los 200 pesos diarios (ambos en 2018) – el gasto correspondiente no es poca cosa.
En efecto, si se toma la cifra promedio, 137.50 pesos, el total arroja un gasto mensual de 4 125 por persona; ahora bien, si de acuerdo con el canciller Marcelo Ebrard (el fifí metido a chairo), en lo que va del año ingresaron a México alrededor de 500 mil individuos; el costo sin incluir la repatriación de cada uno es de 2 062 005 000 pesos. Otra vez leyó usted bien, poco más de 2 mil millones.
En resumen, casi ocho mil millones de pesos al año destinados a cuidar la espalda de los Estados Unidos desde el rabo de nuestra amada República. ¿Verdad que si vamos a pagar con cuerpo?
Que venga ahora algún idiota a defender la idea de que México “negoció” o “logró un acuerdo” con el Gobierno de Trump. Sabíamos de las traiciones del PRI, de su sometimiento abyecto y cobarde; pero nunca habíamos sido testigos, en vivo y directo, de tanta vileza.
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