En el marco del Día de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, 17 de junio, Argelia Salinas Ontiveros, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseguró que el cambio climático ha profundizado la sequía y con ello se ha puesto en peligro la seguridad alimentaria.
La experta destacó que el sector agropecuario es un sector económico que depende en gran medida de la temperatura y la precipitación pluvial, factores que se relacionan directamente con el aumento o disminución de la productividad; sin embargo, actualmente, las sequías intensas van cada vez en mayor aumento.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), para 2050, se debería de abastecer de alimento a cerca de 10 mil millones de personas, lo que implica un aumento en la producción agrícola mundial del 70 por ciento, cifra que “dudosamente se alcanzará si se efectúa bajo el esquema actual”.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), destacó que la tierra, en un buen estado de salud, proporciona cerca del 95 por ciento de los alimentos; sin embargo, se estima que actualmente el planeta se encuentra degradado hasta un 40 por ciento, por lo que implementar planes para cuidar a la Tierra es vital.
“Regiones enteras del mundo presentarán déficit severo en la producción de alimentos y las necesidades nacionales ya no podrán cubrirse mediante importaciones. El cambio climático, es decir, el deterioro antropogénico de los recursos naturales y sus efectos negativos nos plantea esta nueva realidad”, comentó Salinas Ontiveros.
La académica de la UNAM, agregó que los pequeños productores de México resultan muy afectados con el exceso o falta de lluvia, pues ha faltado el recurso hasta en un 50 por ciento; hay datos que estiman la sequía en algunas zonas en 64.9 por ciento, hay fuertes lluvias o inundaciones en 57.7 por ciento, y plagas en 55 por ciento.
Salinas, explicó que, la humanidad se encuentra frente al “surgimiento de nuevos problemas como aumento en las islas de calor; más inundaciones en las costas; mayor intensidad en las sequías, así como de tormentas tropicales y huracanes; además de campos de refugiados climáticos por el desastre que azota a todas las naciones”.
Argelia Salinas, agregó que estamos a tiempo de fortalecer “nuestra capacidad de adaptación a la vulnerabilidad climática, pues de otro modo cualquier crecimiento económico, suponiendo que se concretara, puede anularse dejando en el nivel cero el modelo de la recuperación” y agregó que, debemos buscar sobrevivir.
“El modelo actual de la economía en general, y de la agrícola en particular, nos alerta sobre los límites que tiene la importación de granos básicos y la exportación de hortalizas y frutas. El cambio climático y la sequía son desafíos para la prosperidad económica mundial, pero también es un reto para la sobrevivencia de la humanidad”, finalizó.
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