Percepciones y realidades

El resultado del proceso electoral federal 2024 fue un duro golpe de realidad. Conforme se dio el resultado del “Conteo Rápido”, del PREP y el conteo en los distritos, las caras, los comentarios y el ánimo de la oposición social, más que de la oposición partidista, fue de sorpresa e incredibilidad. No podía ser que la victoria de Claudia Sheiunbaum, que era esperada, fuera tan contundente, aplastante, frente a Xóchitl Gálvez.

La oposición tenía la percepción de que la inusitada movilización social conocida como Marea Rosa, significaba que numerosos ciudadanos tradicionalmente indiferentes a la política, ahora sí saldrían a votar y lo harían en contra de la 4T. No fue así. Incluso, el llamado voto oculto que se interpretaba como favorable a Xóchitl, en realidad fue para Claudia, de acuerdo con el análisis de Saber Votar. De acuerdo con esa interpretación, los que ocultaban su voto, miembros de la clase media baja, lo hacían por temor a ser calificados como “chairos”. La percepción fue una, la realidad fue otra.

Claudia habría obtenido el 59.75% de los votos y Xóchitl el 27.45%. Por otra parte, experiencias concretas de participación en las casillas, “como nunca”, no resultaron ciertas de acuerdo con las cifras del INE. En 2018 votó el 63.4% del electorado y en 2024 el 61%. Una fue la percepción de la vivencia en las casillas, y otras las cifras oficiales.

De los votos emitidos, en el exterior, bajo tres modalidades, hubo un total de 184 mil 326, que corresponde el 71.3% de los posibles. Sin embargo, el mismo día de la elección circularon videos denunciando que a muchos mexicanos se les había impedido votar en diversos consultados. Unas son las cifras, y otra la percepción.

“Investigadores” ciudadanos han denunciado que, en algunas poblaciones del país, se registraron más votos que habitantes en las mismas. Unas son las cifras, otra la percepción. Del mismo modo, muchos ciudadanos afirman que el resultado en la cartulina de su casilla, las cifras no concuerdan con lo ocurrido. Circuló, incluso, una imagen de una casilla en la que todos los votos fueron para Claudia y la oposición tuvo cero. Una es la percepción y otra la verdad del INE.

Se afirma que éstas fueron las elecciones más limpias que haya habido. Sin embargo, circuló un video de votantes que le reclaman a personas de Morena que no les paguen por el voto emitido a su favor. También aparecen imágenes de votantes indígenas en una mesa donde los funcionarios portan chalecos de los Servidores de la Nación, o quizá de los llamados “Defensores de la Cuarta Transformación”. Otros videos muestran el momento en que los acarreados de Morena reciben su pago por haber asistido al mitin de cierre de campaña en el Zócalo. Una es la versión oficial, y otra la percepción.

Ciertamente las encuestas de salida revelan que sí hubo un apoyo social a Claudia. De los beneficiarios de programas “sociales”, el 59% de los votantes lo hizo a favor de Morena; de los no beneficiarios, sólo lo hizo el 49%. Curiosamente, la clase media (aspiracionista) voto a favor de Claudia en un 59%. La clase alta se dividió más equilibradamente, el 49% a favor de Claudia y el 41% a favor de Xóchitl. Pero lo sorprendente en una de estas encuestas es que, de la clase baja, Morena solo tuvo el voto del 30%. ¿Son percepciones o realidades? Finalmente, si usted pensaba que los universitarios eran críticos a Morena, resulta que el 42% de quienes tienen dichos estudios favorecieron a Claudia. Percepciones y realidades.

De lo que sí estoy convencido, es que fue una elección de Estado que, finalmente, logró cooptar a la sociedad a través de la mañanera, las mentiras, las transferencias económicas en efectivo, particularmente las de los adultos mayores que son universales, así como en la campaña permanente desde la Presidencia, violando incluso la ley durante el periodo electoral, al grado de convertir desde la tribuna presidencial, un proceso electoral en un referéndum para Andrés Manuel López Obrador, más que en un apoyo a su candidato. Esas percepciones concretas, algunas de ellas en dinero, de la gestión de un gobierno que cada vez se parece más al PRI del siglo pasado, gracias a la transferencia de personas del tricolor a Morena, con las mismas mañas y ambición de poder, son una de las causas del resultado electoral del 2024.

Este es un pequeño esbozo de la realidad social del país. Poco a poco se sabrá un poco más.

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