Junio se pinta de azul, color característico del autismo, pues en el Día Mundial del Orgullo Autista se exige respeto a quien padece este trastorno.
De acuerdo con la organización Iluminemos de Azul, en el mundo, uno de cada 115 niños tiene autismo, mientras que en México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) hay cinco mil niños con este trastorno; sin embargo, expertos aseguran que esta cantidad no es exacta, pues, debido a la poca información de esta condición, se desconoce la cifra real.
El Día del Orgullo Autista se celebra cada 18 de junio, desde 2005 y busca que se respete a quienes sufren de este trastorno.
Judith Vaillard, directora de la organización Domus Instituto de Autismo, aseguró que el autismo “no tiene cura”, porque no es una enfermedad, y compartió que la calidad de vida de una persona con esa condición mejora si se le diagnostica a tiempo. Por eso es muy importante conocer las características del autismo.
¿Qué es el autismo?
Su nombre completo es Trastorno del Espectro Autista (TEA) y es un trastorno neurobiológico, que puede ser atendido por medio de terapias y la atención necesaria de psicólogos, neurólogos y pedagogos. Las primeras señales que indican que un niño tiene autismo se presentan desde los tres años y son principalmente las siguientes:
• Presentan problemas al comunicarse o socializar.
• Tienen un comportamiento repetitivo y estricto en las actividades.
• Al jugar con muñecos o carritos no suelen crear escenarios imaginarios como otros niños.
• No establecen contacto visual, no les es posible sostener la mirada con otra persona.
• La mayoría de veces evitan el contacto físico.
• Efectúan actividades o comportamientos repetitivos para desestresarse o estimularse.
• Demuestran interés por objetos, patrones, colores o artículos poco comunes.
Pero no todas estas características se presentan en los primeros tres años de vida, pues César Reynoso, neurólogo pediatra del Hospital Infantil de México y de la Clínica de Autismo del Centro Neurobiológico ABC, informó que algunos niños se desarrollan perfectamente al principio, pero con el paso del tiempo manifiestan cambios en su comportamiento y van perdiendo ciertas habilidades.
¿Qué hace México por quienes son autistas?
El autismo tiene distintos niveles de intensidad dependiendo de las características de cada persona. En los casos más graves, quienes lo presentan tienden a aislarse completamente de la sociedad, no desarrollan el lenguaje y omiten la expresión de emociones e intereses; mientras que el autismo de alto funcionamiento es de los más leves que existen, pues quien lo padece tiene fluidez en el lenguaje y buena capacidad de memoria, pero no tiene rigidez mental y presenta conductas obsesivas.
Derivado del autismo tenemos el síndrome de Asperger. Las personas con esta condición suelen tener movimientos lentos o sin sentido, intereses obsesivos por artículos o cosas poco comunes y, a veces, convulsiones, pero su lenguaje es bueno y fluido.
Paola Olin Encina García, mamá de Fernando Encina, pequeño de 7 años que presenta síndrome de Asperger, afirmó que el trato que se da en México a quienes presentan esta condición es de poca calidad, pues en muchos de los centros de gobierno no se diagnostica adecuadamente a los niños y se les da un pronóstico equivocado a ellos y a sus familias.
“En ocasiones, los médicos hacen diagnósticos malos y medican de manera equivocada a los niños”, indicó Paola. Dijo que esos errores pueden afectar y dejar secuelas irreversibles en los menores que reciben constantemente medicaciones no adecuadas. Afirmó que México está poco actualizado y capacitado respecto a los trastornos mentales, pues es muy importante el incremento de trastornos mentales que existe en el país.
Olin Encina García comentó que mensualmente destina cerca de 13 mil pesos a atender de manera privada a Fernando, pues luego de recorrer las pocas clínicas que tiene el gobierno en donde se atiende a estos niños, entendió que ,si no optaba por la atención privada, su hijo no podría avanzar ni tener la mejora que hoy presenta.
Además, Paola recalcó que no sólo hace falta preparación en el aspecto médico; también es necesario que la sociedad tenga cultura respecto a los trastornos mentales, pues tanto ella como Fernando han sido víctimas de discriminación por su situación.
“He decidido abandonar las visitas a restaurantes, pues la gente no está acostumbrada a las maneras en las que mi hijo se autorregula”, para Fernando es complicado mantenerse quieto en un lugar con tantas personas, por lo que en ocasiones debe correr o moverse para bajar su estrés.
En la actualidad, con la ayuda de la escuela y las maestras sombra de Fernando, él sabe escribir, leer, hablar, está aprendiendo inglés y le encanta coleccionar envases llenos de café y botellas de sueros bebibles debido a su llamativo color. También le gusta coleccionar balones de futbol, con el mismo patrón (pentágonos) pero en distintos colores.
Paola subrayó que al día de hoy la calidad de vida que se planea para Fernando es buena. Doctores y psicólogos han asegurado que en algunos años más, él podría llevar una vida independiente, en la que ya no sea necesaria la presencia de una sombra que lo cuide. Además, las probabilidades de que pueda formar una familia son grandes.
Sin embargo, Olin Encinas externó que su única preocupación es el futuro laboral de Fernando, pues las empresas no están diseñadas para contratar a personas con esta condición. Por eso invitó a las empresas a trabajar por implementar programas en los que se ayude a que las personas con autismo puedan mejorar su calidad de vida empleándose en algo productivo y que los impulse a crecer.