Cuidar de personas mayores o pequeñas enfermas es una experiencia positiva, cariñosa, emotiva y gratificante. Sin embargo, puede también provocar estrés, frustración, ansiedad y depresión.
Cuando esto ocurre, debemos tener cuidado, porque estamos empezando a experimentar el Síndrome del Cuidador.
Se trata de un profundo desgaste emocional y físico que experimenta una persona que convive y cuida de alguien dependiente, ya que está expuesta a una serie de factores que acaban absorbiendo su vida personal.
Conforme va pasando el tiempo, el cuidador va asumiendo poco a poco una carga física y psíquica, ya que se responsabiliza por completo de la vida del afectado: higiene, alimentación, cuidados, darle sus medicamentos, visitas al médico entre otros.
Hasta que llega el momento en que se siente absorbido por el enfermo y sin darse cuenta va perdiendo su propia independencia.
Aparecen síntomas tales como: agotamiento y fatiga crónica, aumento o disminución del apetito y peso; insomnio y somnolencia durante el día; dolores musculares, palpitaciones y molestias digestivas; consumo abusivo de cafeína, alcohol o tabaco, o bien, tomar en exceso pastillas o medicamentos para dormir.
En su área emocional aparece la tristeza, irritabilidad, cambios frecuentes de humor, pérdida de memoria, atención o concentración; depresión y ansiedad.
Y por supuesto que su vida social también se ve afectada: se da un aislamiento familiar y social, pérdida de interés en los hobbies, se aleja de sus amistades y compañeros y pueden aparecer los problemas laborales.
Si estás cuidando de alguna persona dependiente y experimentas algunos de estos síntomas, te doy algunos consejos:
- Recupera el control: solicita información sobre el paciente para poder cuidarlo bien.
- No te olvides nunca de ti mismo: mantente automotivado, realiza ejercicio, mantén tus hobbies y relaciones sociales.
- Pon límites a las demandas del enfermo.
- Acude a profesionales que puedan ayudarte.
- Planifica las actividades de cada día y de la semana.
El cuidado de un ser querido pone a prueba incluso a las personas más resilientes. Si estás a cargo de una persona, toma las medidas necesarias para preservar tu salud y bienestar.
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