A 31 años del asesinato del cardenal José de Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en 1993, en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, aún no hay justicia para el párroco y de acuerdo con el cardenal de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, no existen intenciones por parte de autoridades de resolver el caso.
La tarde del 24 de mayo de 1993 ocurrió un hecho que conmocionó a todo el país, pues un sacerdote fue asesinado a sangre fría en un lugar público, mientras esperaba al nuncio apostólico Girolamo Prigione, italiano que venía a tierras mexicanas para una celebración en honor a mártires recién canonizados desde El Vaticano.
Los hechos ocurrieron en el estacionamiento del aeropuerto, cerca de las tres de la tarde, en donde el cardenal ingresó en su automóvil acompañado de su chofer Pedro Pérez Hernández; minutos más tarde de haber ingresado, dos hombres armados rodearon el carro y abrieron fuego, atacando con 38 tiros a los pasajeros, el cardenal murió con 14 balas y Pedro Pérez con 11.
El asesinato del párroco y su chofer ocurrió en momento del día y en una zona tan pública que inmediatamente se volvió dudosa la lenta reacción de las autoridades; además, a la entrada del estacionamiento había muchos elementos de la policía y militares, por lo que, que el acceso de los asesinos pasara desapercibido era inaceptable.
Los asesinos fueron reconocidos como Juan Francisco Murillo Díaz alias “El güero Jaibo”, y Edgar Mariscal Rábago “El negro” y Álvaro Osorio Osuna “El nahual”, del cártel de los Arellano Félix, y la versión fue que se dirigían al aeropuerto con órdenes de abrir fuego contra un automóvil Grand Marquis, el mismo del cardenal, ya que supuestamente ahí se iba a encontrarse el “Chapo” Guzmán, y lo iban a asesinar.
“El señor Juan Jesús Posadas Ocampo llegó al aeropuerto en el momento del enfrentamiento de esos grupos de narcotraficantes y fue confundido por uno de ellos, probablemente”, explicó Leobardo Larios, procurador de Jalisco, quien dos años después, en 1995, fue asesinado por Humberto Rodríguez Bañuelos.
Por su parte, Jospe Antonio Ortega, abogado de la Arquidiócesis de Guadalajara, destacó que la explicación de las autoridades de que el párroco estuvo entre el fuego cruzado era “una mentira totalmente inexplicable” y destacó que “fue un operativo perfectamente ejecutado”, pues los asesinos hasta reconocieron a Posadas.
31 años y no hay sentencias por el asesinato de Posadas
Años más tarde hubo un ir y venir de investigaciones y teorías, y aunque hubo la detención de Jorge Isaías Mar Hernández, José Guadalupe Valdés y Gastón Ayala Beltrán, quienes fueron exonerados del crimen y se les condenó por otros delitos, como un intento de asesinato a “El Chapo”. No hubo justicia para Posadas Ocampo.
“Al día de hoy solo tenemos uno que le fue repuesto a su procedimiento, por eso todavía se encuentra en prisión preventiva más sin sentencia, de nombre Manuel, omito sus apellidos por razón de que está en prisión preventiva para nosotros, pero solo queda una persona relacionada con el caso del Cardenal”, dijo José Antonio Pérez Juárez, director de Prevención y Reinserción Social de Jalisco.
Ante los hechos y en el aniversario 31 del asesinato de Posadas, José Francisco Robles, cardenal de Guadalajara, indicó que “sabemos que legalmente el caso Posadas está abierto, no ha sido cerrado ni guardado, pero tampoco se ve voluntad de llevar a clarificar todo este asunto”, y destacó que el crimen nunca llevó el debido proceso.
El asesinato del cardenal José de Jesús Posadas Ocampo dio inicio a una serie de asesinatos que marcaron una era sumamente violenta para México, pues tan solo un año después, el 24 de marzo de 1994, Luis Donaldo Colosio, candidato a la presidencia por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue asesinado en Tijuana.
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