Es conocido por todos que la era nuclear o atómica comenzó a finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando se utilizó por Estados Unidos en contra de las ciudades de Nagasaki e Hiroshima, el 6 y 9 de agosto de 1945. Al final de la Segunda Guerra Mundial se constituyó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como parte de un esfuerzo impedir que volviera a existir un conflicto armado de la magnitud de las dos guerras mundiales de principios del siglo XX.
En su primera resolución, la ONU constituyó la Comisión de Energía Atómica de las Naciones Unidas, con el objetivo de tratar los problemas surgidos a raíz de los horrores ocurridos en las ciudades japonesas.
Este organismo de la ONU trabaja en conjunto de sus naciones miembros y asociaciones de todo el mundo, con el único fin de impulsar una utilización de la energía nuclear segura y pacífica.
La energía nuclear o atómica es aquella que logra liberarse de manera artificial a través de reacciones, que tienen su origen fundamental en los núcleos atómicos.
Uno de sus usos es generar energía eléctrica; además sirve para generar energía calórica aprovechable y reconducible en energía mecánica, produce radiación ionizante que se utiliza para esterilizar material médico quirúrgico y por último también ayuda a propulsar vehículos como submarinos.
Todo esto se puede entender desde la famosa teoría de la relatividad de Einstein, sin embargo, su teoría y la energía nuclear fueron usadas para crear un arma mortal. Desde entonces, muchos países desarrollaron este tipo de tecnología, pero el desarrollo y control de ésta se fue regulando a lo largo décadas de negociaciones, sobre todo después del altísimo riesgo que el mundo enfrentó cuando en plena Guerra Fría, en octubre de 1962 se dio la denominada Crisis de los misiles. Desde entonces los países del mundo, líderes políticos y religiosos han unido esfuerzos para lograr un desarme militar nuclear.
En la actualidad, Corea del Norte se ha convertido en el eslabón más débil en la contención del uso bélico de la energía nuclear. No es una cuestión espontánea, sino que se explica a través de tres etapas vividas por uno de los últimos países con un rígido sistema comunista: la exploración que comenzó en 1952 y finalizó en 1965, la experimentación que empezó en 1965 y concluyó con su primera bomba nuclear exitosa en el año 2006, posteriormente el de crecimiento militar que comenzó en 2006 y que durante 2017 adquirió la capacidad de alcanzar a EUA en sus misiles balísticos, lo que ha sido la parte más preocupante para el mundo.
Estas acciones de Corea del Norte han provocado que la ONU emitiera una serie de recomendaciones y sanciones económicas; a pesar de ello, las tensiones en la región asiática no ha cesado, el gobierno del ahora líder norcoreano Kim Jong-un no han cesado su arme e investigación nuclear, lo que ha generado una mayor presencia norte americana en la región, además de un posible rearme de Japón por las fricciones históricas que tiene con Corea del Norte desde la ocupación del imperio japonés durante la Segunda Guerra Mundial.
El pasado mes de junio del 2017 en Singapur, el presidente de los EUA Donald Trump se reunió con el líder norcoreano Kim Jong-un, después de una serie de provocaciones verbales.
Los mandatarios se comprometieron a trabajar en pro de la desnuclearización, sin embargo los últimos reportes de la ONU revelan que Corea del Norte no ha detenido su programa nuclear ni su programa de misiles.
Otro de los líderes mundiales comprometidos con la paz mundial y la desmilitarización es el papa Francisco quien expresó su preocupación ante las confrontaciones verbales de diferentes gobiernos del mundo y el claro aumento de adquisición de armas nucleares.
“Realmente tengo miedo. Estamos al límite. Basta un incidente para desencadenar la guerra. No se puede correr el riesgo de la situación precipite. Por lo tanto, es preciso destruir las armas nucleares, las armas de destrucción, en particular las armas atómicas, no genera más que un engañoso sentido de seguridad y solo pueden constituir la base de la coexistencia pacífica entre los miembros de la familia humana, que, por el contrario, debe inspirarse en una ética de solidaridad”, comentó el papa Francisco a periodistas que lo acompañaban durante el inicio de su gira a Chile, el pasado 15 de mayo.
El lanzamiento de la bomba atómica desde un avión norteamericano el 6 de agosto de 1945 en la ciudad japonesa de Hiroshima, produjo una muerte aproximada de 140 mil personas con tan solo un hongo nuclear de 15 kilómetros de alto, las bombas atómicas actuales pueden alcanzar hasta 50 megatones, lo que produce unos 50 mil kilómetros de altura, es por ello que existe una preocupación por parte de los líderes del mundo por frenar los programas de armamento nuclear, 3 333 más potencia a la lanzada en Hiroshima.
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