Para una buena parte de la opinión publicada, en el debate de este domingo, Xóchitl Gálvez mejoró sustancialmente o incluso señalan que ganó el debate; el candidato de MC, Jorge Máynez, ahora lució bastante bien. Claudia resistió los embates, pero su afán de defender al presidente la convierte en un personaje que no acabamos de identificar; su tiempo durante este segundo debate se dedicó a quedar bien con el presidente, a defender los logros del sexenio, tal como se lo exige López Obrador; ella se mantiene en su guion en forma disciplinada, sin comunicar mayores emociones, casi sin sonreír y sin responder a algunos de los ataques planteados.
Aún así tenemos que apuntar que los que ven el debate son sobre todo los que ya tienen una preferencia por algún candidato, de tal manera que si a ese núcleo (que rondó, en el primer debate por más de 11 millones de mexicanos) se le pregunta: ¿Quién ganó el debate? Responderán que el triunfo fue del candidato de su preferencia, por lo que es muy difícil que este ejercicio haya cambiado las tendencias electorales que se mostraban en algunos estudios de opinión como el del periódico El Financiero o el de la firma GEA-ISA.
Después de un debate las tendencias de opinión se mueven muy poco, sobre todo cuando no hay un nocaut contundente, y en el segundo debate no hubo nocaut. De tal manera que los ejercicios de algunas encuestas post debate le siguen marcando ventaja a Claudia. Tal vez la mirada del público en general, no la de los “expertos” opinadores de los medios, observó mucha crítica, mucho conflicto y escasa propuesta. Rostros enojados y tensos, sin que proyectaran un buen estado de ánimo en sus intervenciones.
Y aquí vale la pena mencionar un dato interesante que ha publicado la firma Saba Consultores y es la manera en que se informan los mexicanos: Lo que llama la atención es que sólo un 3.4 por ciento lo hace a través de la red Twitter, o X; una red que ya ha sido conquistada desde hace buen rato por la oposición, por lo que, si usted sólo se asoma a esta red, debe entender que eso no representa a los votantes mexicanos. Es una red de intensa participación pero con una representación escasa.
La mayor parte de la población mexicana se sigue informando en la TV abierta con más de 45 por ciento (Televisa, entre canal 4 y canal 2 suman casi 20 por ciento y Tv Azteca suma más de 5 puntos porcentuales) 6.6 por ciento se informa en los espacios radiofónicos y sólo el 2.2 por ciento lo hace a través de un periódico.
Esto es relevante, porque muchos de los casos más impactantes en contra del gobierno, que se han publicado en espacios digitales como Latinus y Código Magenta, difícilmente llegan a la televisión abierta y mucho menos aparecen en los espacios de televisa. Y el tiempo para la oposición se acaba.
Ahora sólo quedan cuatro semanas para las elecciones, y las noticias se estarán moviendo de manera más vertiginosa, y si hoy domina la discusión post debate presidencial, mañana surgirá otra noticia que va a eclipsar este tema, por lo que se va a requerir un gran esfuerzo de creatividad en la oposición que le permita sacudir los números. De lo contrario seguiremos viendo, como hasta ahora, a la opinión publicada aplaudir a Xóchitl Gálvez cada vez que acierta y luego esa misma opinión enfriarse cuando aparezca la siguiente encuesta, por ejemplo, la del diario Reforma.
Los campeones no se hacen en gimnasios.
Están hechos de algo inmaterial que está muy dentro de ellos.
Es un sueño, un deseo, una visión.
– Muhammad Ali
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