Las cosas en la CDMX han dado una vuelta. La candidatura opositora de Santiago Taboada ha rebasado a la señora Clara Brugada, candidata del oficialismo, en preferencias electorales. Era de esperarse, una candidatura que representa la ineptitud y la corrupción de treinta años en la capital del país no tiene asideros a estas alturas. En contra tiene un candidato, Santiago Taboada, experimentado, que ha sabido salir de la nata en que estaba sumida la oposición en las elecciones de jefe de Gobierno en la CDMX.
La campaña de la señora Brugada se ha convertido en una muestra de la desesperación morenista. Perderán la joya de la corona. El lugar en el que se encumbró López Obrador, en el que gobernó Ebrard, en el que Claudia Sheinbaum ha hecho política desde que era estudiante, el lugar de sus referencias, su caja chica y su bóveda grande, su caja de resonancia, su refugio, su punto de referencia y su plataforma. Eso es lo que van a perder.
Las alarmas están prendidas desde hace semanas. Siempre presto a insultar a sus gobernados, el presidente dijo que la CDMX se estaba “derechizando”, “empanizando”, “aburguesando”. Es decir, acusó a las chilangas y chilangos de haberlo traicionado y, peor aún, los señaló de tener aspiraciones, de querer aprender, crecer y tener lugares públicos accesibles, servicios de salud y educativos de calidad, y de querer tener agua. Por supuesto que Claudia Sheinbaum también ha llegado para tratar de salvar a Clara del desastre anunciado. Para tal efecto hacen videos en los que se ven sonrientes y amigables. Casi felices, si no fuera porque ambas se repugnan y no pueden ocultar el desprecio que sienten mutuamente.
Pero los esfuerzos de salvamento de la “campaña embrugada” no parecen destinados nada más a la candidata. El presidente y la propia Claudia saben que si la candidata que tienen es mala –y lo es–, la debacle puede no solamente hacerles perder la CDMX, también pude generarles una baja considerable en los votos para la campaña presidencial. Porque podemos entender que Brugada es mala candidata por varias razones, pero tampoco es que su rescatista, la señora Sheinbaum, sea de un carisma deslumbrante o que desprenda simpatía a raudales. Ambas estarán pagando la radicalidad del Presidente contra los habitantes de la capital. El enojo capitalino con el trato presidencial ya tuvo su primera reacción en las elecciones de 2021, y es muy probable que den otra lección en los comicios de junio.
El rescate de la candidata Clara es también algo que comenzará a suceder en Morelos y en Veracruz, donde la oposición asoma candidaturas con fuerza ante el enorme desprestigio de los gobernantes locales. Las operaciones de rescate son múltiples, pero todo indica que en la CDMX ya están perdidos. Vientos de cambio soplan en la capital del país.
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