Camila, una niña de ocho años, fue invitada por su vecina y amiga de su mamá a acudir a su casa a jugar, no era la primera vez, por ello acudió sola sin saber que nunca más regresaría a su hogar y peor aún, que perdería la vida.
La pequeña fue asesinada y su cuerpo fue abandonado en un paraje que no tardaron en localizar. Una vez encontrado su cuerpo, familiares y vecinos indignados por el crimen decidieron hacer justicia por su propia mano linchando a los presuntos criminales de la menor, hecho que derivó en la muerte de la mujer que invitó a Camila a jugar.
El acontecimiento sucedió en un estado convulsionado por la violencia y el crimen organizado, Guerrero, en el municipio de Taxco, lugar que en los últimos días ha sido escenario de eventos de violencia y asedio por parte de la delincuencia organizada a la población, la cual tiene miedo y dificultades para realizar sus labores cotidianas.
A pesar de ello, la acción de las autoridades ha sido omisa en varios casos e insuficiente en otros tantos, como en el caso del linchamiento de los presuntos asesinos de Camila.
La Iglesia católica aseguró que “este hecho evidencia varios de los problemas que han fracturado el tejido social, que competen a las autoridades del Estado, a la clase política, a las instituciones de seguridad, y por supuesto, también a los ciudadanos y a las familias”.
Apuntó que “sobre nosotros, hemos puesto una lápida de ‘egoísmo, de miedos y amargura, de sufrimiento y muerte, que le cierra el camino a la alegría y a la esperanza’, que bloquea el espacio a un mejor futuro, que impide construir una sociedad en la que se priorice el bien común, que dignifique la vida, y que dé certezas a nuestros niños, adolescentes y jóvenes”.
A través de su editorial de este domingo el órgano oficial de la Arquidiócesis Primada de México, Desde la Fe, la Iglesia cuestiona¿qué necesitamos como sociedad para darnos cuenta de que al permitir estos hechos nos estamos destruyendo poco a poco?, ¿cuántas niñas muertas más?, ¿cuántos linchamientos más?, ¿cuántas injusticias más?, ¿cuándo entenderemos que la violencia sólo genera más violencia?
A pesar de esta fractura del tejido social que se refleja en los desencuentros y la violencia que padece la sociedad mexicana, la Iglesia da un mensaje de esperanza al asegurar que la Resurrección que se celebró el domingo da un mensaje de que “el Dios de lo imposible, el Dios que hizo a un lado esa piedra, nos recuerda que ningún acontecimiento doloroso, egoísta y cruel, puede guiar nuestro camino, y mucho menos tener la última palabra en el destino de nuestro país”.
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