Hasta el tesoro más valioso cuando es mal administrado se convierte en un lastre, eso es lo que ha pasado en los últimos años con el “oro negro” como se conoce al petróleo con el cual la naturaleza dotó a gran parte del territorio nacional y que por mucho tiempo fue el cono de la abundancia de la economía del país.
El 18 de marzo de 1938 el presidente Lázaro Cárdenas del Río expidió el decreto de la Expropiación Petrolera, el cual consistió en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras que tenían el control de la industria, para convertirse en propiedad de los mexicanos bajo el entendido de que la riqueza generada por el petróleo se repartiría a los mexicanos haciendo su vida mejor.
A 86 años de este evento, la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) no solo ha decaído, sino que hoy vive su peor crisis al encontrarse en números rojos, y destacar como la empresa petrolera más endeudada del mundo y con niveles de extracción de crudo que bajan cada vez más.
De acuerdo a Grupo Financiero Base, la deuda financiera de Pemex asciende a 1.793 billones de pesos al cierre de 2023, este monto equivale a 5.65 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en ese año y 27.64 por ciento del gasto programable presupuestado para el 2024.
Especialistas advierten que para sacar adelante a la paraestatal, al menos iniciar con una mejora, requiere disminuir su tamaño como empresa, vender activos no estratégicos, dejar de lado proyectos que no son rentables y una reforma fiscal.
Según Gabriela Siller, directora de análisis de Grupo Financiero Base, Pemex representa un riesgo para las finanzas públicas por los recursos que consume y por el apoyo que el gobierno ha dado fuera de presupuesto con lo que pone en riesgo el gasto público de otros rubros como salud, educación y mantenimiento de infraestructura.
Herencia peligrosa
El presidente Andrés Manuel López Obrador heredará un Pemex con graves problemas a quien le suceda en el cargo.
Recientemente Xóchitl Gálvez aseguró que de llegar a la presidencia modernizar a Pemex para que deje de contaminar, para que le apueste a energías renovables, para que deje de perder dinero.
Por su parte, Claudia Sheinbaum ha señalado que en su gobierno no habrá privatizaciones y “Vamos a seguir defendiendo a Pemex”, pues la intención en continuar con los planes emprendidos por López Obrador.
Los expertos también advierten que para sacar de la crisis a Pemex en la próxima administración se requerirá de planes bien estructurados, estrategias alcanzables, apertura a inversiones extranjeras y disciplinada.
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