Durante muchos años, y en casi en todo el mundo donde hay elecciones, las campañas electorales tienen dos temas persistentes: la economía y la inseguridad. Cuando al público le preocupa la economía, las campañas prometen empleo y crecimiento económico. Y cuando a los ciudadanos les preocupa la falta de seguridad en sus comunidades, aparece este tema en primer lugar en las encuestas de opinión; sin embargo, en las campañas electorales este tema tiene una complejidad enorme para desarrollar un mensaje exitoso entre los votantes.
Lo que vemos en el arranque de las campañas presidenciales en México (por fin son campañas oficiales), es que las candidatas y sus equipos leyeron las encuestas y vieron que el tema número uno es el tema de la inseguridad y
a partir de ahí sus equipos construyeron una oferta para que los ciudadanos tomen la decisión de votar por una u otra opción.
La candidata oficialista señala en sus spots que tiene experiencia en bajar la inseguridad y afirma que así lo hizo en la ciudad de México. Por su parte, la candidata opositora hace énfasis en un México sin miedo, y arranca su campaña en el municipio con mayor percepción de inseguridad. Las dos, a su manera, centran su primer mensaje en la inseguridad.
Este tema también llegó a las campañas locales, como en el de la candidata oficialista a la gubernatura de Guanajuato, Libia García; que, para quitarse de encima este asunto, de plano fue más allá y al iniciar su campaña de una vez anunció que en su futuro gobierno ya no trabajará con el actual fiscal Carlos Zamarripa y del Secretario de Seguridad, Alvar Cabeza de Vaca, personajes que se han mantenido al frente de la seguridad durante muchos años y la inseguridad en esa entidad sigue creciendo.
Hablar de la inseguridad en campaña es muy complejo, la ejecución de los mensajes debe ser muy cuidado, porque es un tema qué en la sociedad causa mucho miedo. Ya en las elecciones federales intermedias del 2009, el énfasis de la campaña del PAN, en el tema de la inseguridad, provocó una enorme caída en sus preferencias y causó el retorno del PRI. En aquel entonces el PAN estaba en la presidencia de la república con Felipe Calderón, y sufrió una dolorosa derrota, lo que provocó incluso la renuncia del presidente nacional del blanquiazul Germán Martínez, por los pésimos resultados de aquellos comicios.
El entorno político de las elecciones de este año en México se está sacudiendo con noticias en donde el crimen organizado está atentando contra la vida de algunos candidatos en distintas zonas del país, lo que también contribuye a crear esa atmósfera de miedo. De allí que los estrategas de la campaña de Xóchitl hayan tomado ese concepto.
Pero en campaña electoral no solo cuenta lo que se dice, también cuenta quién te lo dice y cómo te lo dice. Y ahí está el desafío para la campaña opositora en su estrategia de aire, pues Xóchitl no es Margaret Thatcher, ni Ángela Merkel, dos mujeres duras, incluso a la primera se le conoció como “la dama de hierro”. Veremos si el concepto le da para avanzar; por ahora en una buena parte de las encuestas empieza a registrar un repunte interesante.
Por el lado del oficialismo habrá que ver hasta qué punto López Obrador se está convirtiendo en un lastre para Claudia Sheinbaum, no entre el núcleo duro del morenismo, porque ahí lo adoran, sino entre los votantes cambiantes y no partidistas que son los que van a marcar la diferencia en esta elección.
“La cualidad esencial para el liderazgo no es la perfección, sino la credibilidad”
Rick Warren
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