El colectivo Acción Ciudadana Contra la Pobreza insistió en el riesgo de que desde el poder y bajo estos programas se construyan nuevas “redes de clientelismo político”, mediante la entrega de más de 150 000 millones en efectivo y la poca información que existe sobre el padrón de beneficiarios.
Los programas sociales de Andrés Manuel López Obrador tienen el riesgo de convertirse en generadores de clientelas políticas, antes que atender a fondo la problemática social de pobreza y desigualdad que existe en el país. Así ha sido señalado por diversos analistas y especialistas, quienes han señalado que si bien era necesaria una reestructuración de dichos programas, la implementación por parte del presidente genera más incertidumbres que certezas, además de caracterizarse por la opacidad.
Al respecto el economista del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, Rodolfo de la Torre, consideró que los programas sociales del presidente López Obrador hay un riesgo de “clientelismo político”, así como de “centralización de poder”. Destacó que estos programas obedecen a un cuestionamiento de la política social anterior; sin embargo los diagnósticos efectuados antes de hacer los cambios “son incompletos y equivocados”.
Señaló que “se están aplicando medidas riesgosas, los diagnósticos no son claros, por ejemplo, el cierre del programa Prospera no se ha hecho con todos los elementos de juicio que deberían, la sustitución con becas sin condición no parece lo más apropiado. El caso de las estancias infantiles no corresponde a un diagnóstico de la utilidad que proporcionaba a mujeres trabajadoras”.
De igual manera consideró que se requiere crear una política social de Estado que no se base en “pequeños programas” o repartos de efectivo, sino que garantice la reducción de las carencias sociales.
Por otra parte, la directora general del organismo México Evalúa, Edna Jaime, indicó que al buscar el presidente romper con el pasado en materia social para implementar su propia estrategia, sin tomar en cuenta experiencias exitosas pasadas al reasignar indiscriminadamente los recursos de los programas sociales, se afectó considerablemente a grupos sociales vulnerables, ya que diversos programas ahora eliminados tenían objetivos claros, como ocurrió en el caso de las estancias infantiles. Además alertó que los nuevos programas no cuentan con reglas de operación, por lo que podrían ser utilizados con fines políticos.
“Estas transferencias me recuerdan al Pronasol, de Carlos Salinas, en donde el presidente tenía una bolsa de recursos de los que disponía sin ningún tipo de mecanismo de control. Necesitamos controles para asegurarnos que los apoyos lleguen a las personas necesitadas”, externó Jaime.
Al respecto el coordinador de Acción Ciudadana contra la Pobreza, Rogelio Gómez Hermosillo, comentó que aunque los cambios en la política social eran necesarios, no se aplicaron con la evidencia suficiente en el impacto de los programas, lo que afecta a la población.
Otro de los programas sociales más importantes que impulsa el presidente Obrador es la creación de 100 nuevas universidades. Con el nombre de Programa de Universidades para el Bienestar Benito Juárez García el gobierno federal apuesta a uno de las acciones educativas más ambiciosas, sin embargo, para Marco Fernández, exdirector de México Evalúa y Alma Maldonado, experta en educación superior del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), hay mucho escepticismo respecto al proyecto, de hecho, no dudan en calificarlo como una política clientelar más del titular del Ejecutivo.
Marco Fernández señaló que “hay una lógica política detrás del programa, que se viste de supuesta justicia social y oportunidades educativas, pero en el fondo es una estrategia más para la construcción de clientelas electorales, porque si tuviera propósitos realmente educativos, de equidad, inclusión y excelencia educativa, el gobierno sabría que el problema mayúsculo del sistema educativo está en la transición de educación secundaria a media superior”.
Al respecto Alma Maldonado ha señalado que hay prisa en echar a andar este proyecto, encaminado a convertirse en instrumento político o a identificarse más como “las universidades de Morena” que como una alternativa seria de educación superior gratuita para los jóvenes.
De igual manera, la investigadora del Cinvestav manifestó que es preocupante que no se tenga información del programa y que se diga que se construirán las 100 universidades en un año.
“Eso es una locura, no sé si lo sigan diciendo igual o ya vieron las complicaciones que hay para llevar a cabo este programa en solo un año, pero en todo caso no se sabe nada del proyecto educativo ni cuál va a ser la lógica de la ubicación de las universidades, porque sólo han dicho que estarán en los lugares donde la gente no tiene acceso a opciones de educación superior y que serán proyectos significativos para la región o para la comunidad”, señaló.
Respecto a los programas sociales implementados por el gobierno de López Obrador, el colectivo Acción Ciudadana Contra la Pobreza insistió en el riesgo de que desde el poder y bajo estos programas se construyan nuevas “redes de clientelismo político”, mediante la entrega de más de 150 000 millones en efectivo y la poca información que existe sobre el padrón de beneficiarios.
“Por su cobertura a millones de personas y por el monto presupuestal, es imperativo evitar cualquier sesgo en la selección de quienes reciban transferencias”, señaló Acción Ciudadana Contra la Pobreza.
De igual manera recordó que el llamado “censo del bienestar”, que pretende establecer el padrón de los beneficiarios sociales, “se opera desde una estructura partidista o electoral”, e incluso “viola múltiples disposiciones legales”.
Por tal motivo, este potencial uso clientelar de los programas sociales es uno de los “riesgos y focos de alerta” identificados por el colectivo.
Recordó que la situación de pobreza en el país es muy grave, la cual empeoró durante el pasado sexenio, precisamente por estar caracterizada por “la simulación, la corrupción y el intento de uso clientelar de los programas sociales” y el fracaso de su promesa de erradicar el hambre en el país. En ese sentido el actual gobierno no debe continuar con una política social errática, caracterizada por un gran número de “mini” programas sociales opacos, que a menudo son empleados con fines electorales y clientelares, reclamó el colectivo.
Dentro de los programas sociales emblemáticos del presidente López Obrador se encuentran, entre otros, el aumento al doble de la pensión para adultos mayores, pensiones para personas con discapacidad, becas de 2 400 pesos para jóvenes universitarios, becas de 3 600 pesos para aprendices en empresas, becas para estudiantes de preparatoria.
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