A pesar del incierto entorno económico mundial, México está “navegando bien”, con un crecimiento apoyado en la resiliencia de la demanda interna, un consumo que se apoya en la fortaleza del mercado laboral, con inversión que tiene una tendencia al alza y las exportaciones que han mantenido su dinamismo, además del atractivo que representa el nearshoring, destaca el Estudio Económico México 2024, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El reporte presentado por Mathías Cormann, secretario general de la OCDE, señala que México ha comenzado a beneficiarse del nearshoring. Sin embargo, resaltó que para aprovechar plenamente el potencial del país es necesario hacer frente a desafíos preexistentes que impulsen la productividad y reduzcan la desigualdad de oportunidades.
El análisis asegura que para aprovechar las oportunidades de crecimiento relacionadas con el nearshoring, México requiere impulsar la inversión para una educación de calidad, continuar los esfuerzos para acrecentar la participación laboral femenina y, en general, mejorar la inclusión al mercado laboral, al tiempo de mejorar la conectividad digital en todo el país, así como los esfuerzos anticorrupción y la inversión en energías renovables.
Por otra parte, la OCDE proyectó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país se colocará en 2.5 por ciento en 2024 y será aún menor en 2025 cuando se prevé sea de dos por ciento, una disminución con respecto al año pasado cuando fue de 3.1 por ciento.
Apuntó que la desaceleración de la actividad en Estados Unidos, el principal socio comercial de México, afectará el dinamismo de las exportaciones, pero la demanda interna sustentará el crecimiento y se espera que la inflación siga disminuyendo.
Con respecto a la inflación general indicó que ha disminuido gradualmente desde su máximo del 8.7 por ciento en agosto de 2022 al 5.5 por ciento en 2023, y se espera que siga disminuyendo hasta el 4.1 por ciento este año y 3.2 por ciento en 2025. La inflación subyacente también está bajando, pero sigue siendo más persistente, especialmente en los servicios.
En torno a la política fiscal resaltó que México tiene un sólido historial de cumplimiento de objetivos y mantenimiento de la deuda pública baja. Sin embargo, con el 16.7 por ciento del PIB, es el país que tiene la relación impuestos/PIB más baja de la OCDE.
En este sentido, señaló que existe la oportunidad de aumentar los ingresos tributarios sin dejar de ser competitivo a nivel internacional, respaldando una prudencia fiscal continua y al mismo tiempo aumentando el gasto público en áreas que mejoran la productividad como la educación, la infraestructura, las transiciones digital y verde y la lucha contra la corrupción y el crimen.
Añadió que mejorar el marco fiscal también ayudaría a aumentar la resiliencia ante shocks futuros, incluso creando el espacio fiscal necesario para poder brindar apoyo durante las crisis.
La OCDE dijo que la proximidad geográfica con los Estados Unidos y las ventajas estructurales, incluida la apertura al comercio exterior y la inversión respaldada por un uso extensivo de acuerdos comerciales, un gran mercado interno y estabilidad política, brindan oportunidades significativas para que México obtenga mayores beneficios de las cadenas de valor.
El organismo internacional observó que hacer uso de recursos energéticos renovables también podría convertirse en una ventaja competitiva para atraer más inversiones de empresas que busquen descarbonizar su producción. Para aprovechar estas oportunidades será necesario abordar desafíos persistentes, como la baja productividad y la alta desigualdad de oportunidades, que han impedido que México alcance su pleno potencial de crecimiento.
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