Científicos del Politécnico de Turín indicaron que la sábana se marcó tras la radiación que emitieron neutrones en Jerusalén en el año 33, mismo año en el que Jesucristo murió.
El Manto Sagrado es uno de los mayores símbolos religiosos que existen, ya que miles de católicos alrededor de todo el mundo ven en él un “milagro” porque en ella se encuentra plasmado el rostro y el cuerpo de Jesucristo al morir, sin embargo, con el paso de los años han surgido dudas respecto a su autenticidad.
La Sábana Santa, también conocida como Síndone, es un pedazo de tela de 4.41 metros de largo y 1.13 metros de ancho y se dice que es el manto que envolvió a Jesucristo tras morir crucificado, actualmente se encuentra en la Catedral de Turín, Italia.
Su hallazgo se remonta a 1353, cuando el caballero francés Geoffroy Charmy encontró y llevó la sábana a una iglesia ubicada en Champagne, Francia. Con el tiempo el manto estuvo en muchos lugares hasta que en 1578 llegó a su destino final, en la Catedral de San Juan Bautista en Turín, Italia.
Fue hasta 1898 cuando el fotógrafo Secondo Pia captó las primeras imágenes del Manto, y fue hasta 1969 que se hicieron por primera vez una serie de pruebas especializadas a la tela. El equipo Shroud of Turin Research Project (STURP) que en español fue el Proyecto de Investigación de la Sábana Santa sometió la tela a rayos X, pruebas de fluorescencia y químicas durante 120 horas, además de que tomaron una serie de fotografías que recientemente se publicaron en la página Shroudphotos, en donde se pueden ver de cerca fragmentos de la Sábana.
Estos estudios arrojaron que el Manto no contenía ningún pigmento, colorante, pintura o algún otro rastro que indicará que hubiera estado manipulado de alguna manera. “No hay métodos químicos o físicos conocidos que hayan creado la imagen, podemos concluir por el momento que la imagen de la Sábana es la de un hombre azotado y crucificado”, comentaron.
Científicos del Politécnico de Turín indicaron que la sábana se marcó tras la radiación que emitieron neutrones en Jerusalén en el año 33, mismo año en el que Jesucristo murió.
Finalmente en 2011 científicos de la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Estable de Italia a quienes se les indicó que investigaran el manto aseguraron que este se remonta al siglo l después del nacimiento de Jesús, además comprobaron que no hay ningún tipo de pintura en la tela, por lo que determinaron que no fue “hecho por el hombre”.
“Todos los fragmentos que hemos hallado son de origen orgánico, en este caso de sangre”, concluyeron los científicos.
Sin duda la Sábana Santa es y seguirá siendo un símbolo de fe para miles de creyentes en todo el mundo, y a pesar de las polémicas que puedan surgir en torno a si es verdaderamente o no el sudario con el que fue cubierto el cuerpo de Jesús, la fe de millones de personas encuentra en esta reliquia un motivo, más que para tener la certeza de que es el auténtico Manto Sagrado, sino para recordar y venerar el hecho del Dios que se hizo hombre para salvar a la humanidad a través de su sacrificio.