En el primer aniversario del sismo de 7.8 grados que sacudió a Siria y Turquía en 2023, y en el que se estima que hubo alrededor de 59 mil muertos, ambos pueblos siguen sufriendo los estragos de la destrucción y organismos internacionales aseguran que las familias y en específico los niños han sido la población más vulnerable y más afectada por los hechos de hace un año.
Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Ergogan, aseguró que “recordaremos el 6 de febrero como una fecha en la que demostramos nuestra solidaridad nacional frente a los desastres y la fortalecimos día a día”; mientras que los familiares de los 53 mil fallecidos de dicho país y muchos de los damnificados han reprochado a las autoridades su lenta respuesta.
Por otro lado, el terremoto de hace un año fue la gota que derramó el vaso en Siria, pues el país ha estado en medio de un conflicto bélico desde hace 13 años, gran cantidad de su población ha sido afectada, apenas y había viviendas que resistieron al fuego y la población estaba afectada emocional y físicamente, tras el sismo, donde hubo cerca de seis mil fallecidos, la situación empeoró y la reconstrucción a un año es lenta.
Millones de niños devastados por el sismo siguen sufriendo
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) explicó que el sismo del 6 de febrero de 2023 y sus miles de réplicas “mataron e hirieron a miles de niños en los dos países, dejando a familias enteras sin hogar y sin acceso a servicios esenciales”, los pequeños y sus familias no tuvieron acceso agua potable, educación ni servicios médicos.
Unicef agregó que en Siria casi 7.5 millones de niños y niñas aún necesitan ayuda humanitaria; mientras que en Turquía la cantidad de menores en esa situación es de 3.2 millones. “Los terremotos que azotaron Turquía y Siria hace un año cambiaron la vida de millones de niños y niñas de un minuto para otro”, dijo Catherine Russell, directora ejecutiva del Fondo.
Russell agregó que pese a los esfuerzos de los gobiernos de reconstruir las viviendas, el avance ha sido lento y “demasiadas familias, especialmente en el norte de Siria, siguen viéndose afectadas por una crisis humanitaria que no tiene fin a la vista” y compartió que en Siria la situación de los niños es crítica, pues la infraestructura pública está al borde y los servicios básicos están a punto del colapso.
En Siria, cerca del 90 por ciento de las familias viven en pobreza y están expuestos a brotes de enfermedades, hay una sequía en la nación, no hay agua, no tienen alimento y muchos no tienen acceso a educación; en Turquía, la educación de aproximadamente cuatro millones de pequeños fue interrumpida por el sismo, compartió Unicef.
Finalmente, el órgano dijo que “la situación de los niños y niñas afectados en Turquía sigue mejorando, pero aún queda mucho por hacer” y llamó a la comunidad internacional a pensar en los menores, que son el futuro del mundo, y a no olvidar el desastre y problemáticas que Turquía y Siria siguen viviendo a un año de los sismos mortales.
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