Es normal que los padres ante el inminente nacimiento de un hijo, sientan una emoción especial. Pero ¿Qué sucede cuando los papás reciben la triste noticia que este bebé tan esperado es un hijo diferente, disminuido o con capacidades diferentes?
Es una noticia muy dura. Primero pasan por una fase de choque con la realidad; la realidad es tan cruda, que provoca sentimientos incontrolados: frustración, abatimiento, dolor, miedo a enfrentarse con lo desconocido.
Con frecuencia se suele escuchar que el hecho de tener un hijo disminuido ha quebrantado muchos hogares; también se hacen afirmaciones a favor de que un hijo así significa una mayor unión entre el matrimonio.
La familia es una realidad vida, constituida por un conjunto de personas. Ante una situación así, se da una fuerte reacción en todos sus miembros de diferente manera: papás, hermanos, abuelos, primos.
Sé que no es fácil, lo importante es seguir adelante, no dejarse vencer, ya que de un bache se debe salir con fuerzas renovadas, con nuevas energías para amar más y educar mejor.
Las actitudes que adopten los hermanos dependerán directamente de como los papás estén actuando. Los hermanos deben conocer la verdad, decirles aquello que puedan comprender, ya que desempeñan un papel muy importante en la formación de ese niño disminuido.
Deben de ayudar a los padres en la vida cotidiana según su edad y posibilidades, sin que se convierta en una carga para ellos.
El niño necesita de su padre y de su madre, por lo que deben permanecer unidos: aceptar y no rechazar. Un niño aún con menos inteligencia percibe el rechazo por parte de su familia.
Como padres de un niño diferente, deben educarse para educar: conocer sobre la enfermedad, consecuencias, avances, buscar ayuda con profesionales, reunirse con familias que estén viviendo una situación similar. Y, ¿por qué no?, compartir su experiencia para ayudar a otros.
Una de las mayores preocupaciones de estos padres es si ese niño podrá algún día valerse por sí mismo, ¿tendrá que ser una obligada carga para los hermanos cuando ellos ya no estén? Son respuestas complicadas, pero en la medida de lo posible se debe planear su futuro ya sea en alguna institución o con un familiar que siga valorando a este ser tan especial, qué aunque diferente, es una persona con total dignidad.
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