Desde hace tiempo me rondan varias ideas, aparentemente inconexas. Ahora las quiero articular.
El título del libro del Cardenal Sarah, antes de leerlo, me sugirió mucho. “Dios o nada”. Efectivamente sin Dios no queda más que el nihilismo, nada tiene explicación ni fundamento, aunque temporalmente la potencia del intelecto humano encuentre ciertas explicaciones, mismas que con el tiempo dejan de tener soporte. Y todo es nada para las personas.
Recientemente leí en el formato “arcaico” de papel impreso “C´est la confiance” Exhortación apostólica del Papa Francisco, sobre santa Teresa del Niño Jesús y la Santa Faz La califica de ser la más grande santa del siglo XX. Muy querida por personas de distintas creencias. Y cuyo título de Doctora de la Iglesia se debe a su seguridad en el misericordioso amor de Dios por ella.
Ya había leído este documento en el formato electrónico pero su mensaje me llegó a fondo al visualizar las letras y poderlas palpar con el tacto. Probable reminiscencia de mis primeros contactos con las palabras escritas.
Las potentes enseñanzas del Papa Benedicto sobre la relación entre fe y razón, recuerda el Cardenal Parolín el pasado jueves 30 de noviembre, en la Sala Regia del Palacio Apostólico. Parolin calificó al pontífice de origen bávaro de “pastor y maestro de la fe” y “ejemplo luminoso y valiente de diálogo”, enfatizó su actitud docente, “impulsada por una conciencia clara acerca de la situación cultural y espiritual del mundo” y por las tensiones entre los pueblos, y entre las personas y la Creación.
Los recientes descubrimientos de variados científicos al estudiar las criaturas de nuestro planeta y, al admirar su diseño, concluyen que tras todo eso debe estar una potente inteligencia. Por eso, afirman que es más lógico pensar en la existencia de un ser supremo que negarlo. Hasta los ateos se han unido a tal postulado.
La frecuente insistencia del papa Francisco sobre el tesoro que tenemos los católicos en las Sagradas Escrituras. Ni más ni menos que es la Palabra de Dios.
Otras ideas alrededor del contenido de una sesión en línea sobre los retos de la educación hoy. Aspectos demoledores como la herencia del mundo volátil, complejo y ambiguo de los años 80 y al de los años incomprensibles a partir de 2020 por estar sumergidos en la fragilidad, la ansiedad y la no linealidad.
Dicho de otro modo, somos poco fuertes y por eso proclives al estrés; nos ubicamos en el terreno emocional y por esa razón las decisiones y las conductas son variables; ponemos nuestra confianza en lo virtual y como es muy veloz nos volvemos tremendamente inestables. Al sumergirnos en el mundo virtual nos aislamos y perdemos las fortalezas de la sociabilidad.
Al ver tales características en los educandos, la expositora concluía que la labor del docente hoy tiene siete retos: ante la incertidumbre descubrir nuevas situaciones; rediseñar la educación para el futuro; centrarse en el aprendizaje y no en la evaluación; mejora continua del uso de la tecnología; apoyar en lo emocional el liderazgo del docente; enfocar la meta a la mejora personal y no a la de la profesión; desarrollar modelos inclusivos.
Concluí que el punto de partida es “todo cambia velozmente” y ¡qué inseguridad! Se nos olvida que Arquímedes de Siracusa en el siglo III A.C. dijo “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo.” Y partió de este principio para una aplicación práctica: enunció la ley de la palanca, que dice: “la potencia por su brazo es igual a la resistencia por el suyo”. Llama potencia y resistencia a las fuerzas que actúan a cada lado de la palanca. Tenemos un ejemplo de saber permanente, entonces ¿todo cambia?
Y otra idea, que da el título a este artículo es el relato de la estatua que vio en sueños el rey Nabucodonosor (en el Libro del profeta Daniel 2, 31 a 45). Libro de las Sagradas Escrituras y, por eso, encierra palabras de Dios. Daniel le explica al rey Nabucodonosor el mensaje de la estatua que vio en sueños. La cabeza de oro simboliza el poder que Dios le otorga a Nabucodonosor durante su reinado. El pecho y los brazos de plata representan el reinado siguiente menos poderoso. El vientre y los muslos de bronce un tercer reinado que dominará sobre la tierra. Las piernas de hierro un cuarto reinado fuerte que destrozará y aplastará a todos. Los pies de hierro mezclados con barro son un reino dividido será al mismo tiempo poderoso y débil. La piedra que se desprende del monte y destruye toda la estatua simboliza la destrucción total de todos esos reinos para dar lugar a un nuevo reino que perdurará y nadie destruirá.
Como estas palabras tienen vida las podemos referir a la educación. Hemos de recuperar del pasado el oro y la plata de los grandes educadores. Enseñanzas que son perennes. Tampoco se trata de un fijismo, hemos de abrirnos a los nuevos descubrimientos y a las nuevas tecnologías. Pero sabiendo compaginar lo esencial con los avances.
Advertir las polarizaciones. Muchas veces podemos recrear errores del pasado ya superados. Hace falta estudiar nuestro pasado en la historia. Ser prudentes y acudir a buenos maestros que nos transmitan sus experiencias y nos impulsen a avanzar sin romper con el pasado. Que nos enseñen a dar lo mejor y a colaborar eficazmente. Nos necesitamos unos y otros. El ejercicio de la profesión es la mejor manera de interactuar y de socializar. Es parte importante de hacernos mejores personas.
Es necesario también recuperar el papel de la educación familiar. Allí está la clave para hacernos mejores personas. Desgraciadamente por la desmembración de la familia esta influencia se ha perdido en muchas, y la escuela ha tenido que suplir, pero esto no es lo más adecuado. El individualismo que está deteriorándonos ha de extirparse en los padres y madres de familia. Ellos necesitan recuperar su responsabilidad de formar a sus hijos.
Los padres tienen un papel fundamental en el nuevo reino que nos anuncia la estatua de Nabucodonosor. Son los mejores colaboradores de Dios y no les falta el amor misericordioso de Él para llevar a cabo esa tarea. Esa potente Inteligencia les asiste.
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