El desastre en Acapulco reveló que mientras los daños de los fenómenos meteorológicos crecen, la protección a la población, la prevención y la planeación en el crecimiento urbano se quedaron estancados y no respondieron a la magnitud del problema, por lo que es necesario que las autoridades de los tres órdenes estén preparados para actuar oportunamente, además de que consideró necesario reestablecer la operatividad del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), señaló la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
A través de su publicación oficial Señal, el organismo empresarial recordó que según expertos como consecuencia del cambio climático, el 40 por ciento del territorio nacional está expuesto a riesgos naturales como sismos, sequías, inundaciones, huracanes e incendios.
Además, el Banco Mundial ha destacado que 68.2 por ciento de la población y el 71 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) son proclives a sufrir los efectos de desastres naturales, por lo que es inminente tomar acciones tanto para enfrentar los desastres como utilizar más y mejor las energías renovables.
La Coparmex señaló que si México es de los países más vulnerables en el mundo ante el cambio climático, debe ser también de los principales ejemplos a seguir para revertir el calentamiento global, la emisión de contaminantes y en la prevención y gestión de crisis y desastres.
“No podemos darnos el lujo de negar el saldo de una catástrofe ni creer que por decreto se superan las emergencias. Se requiere generosidad, empatía, sensatez y visión de largo plazo. Se requieren mejores políticas públicas y recursos suficientes. Se requiere poner al centro a las personas y dejar de creer que se puede dañar al medio ambiente sin que eso tenga terribles consecuencias. La cultura de protección civil debe fortalecerse; sociedad y gobierno deben trabajar juntos para proteger a la población y en situaciones críticas, deberán coordinarse para atender la emergencia y reconstruir los espacios destruidos. Nadie es mejor que todos juntos”, remarcó.
En materia de prevención y atención de desastres consideró que también es indispensable fomentar la cultura de los seguros contratados, tanto a nivel gubernamental como privado, ya que actualmente sólo siete de cada 100 hogares cuentan con un seguro contra daños.
Destacó que debe ponerse atención a la conservación forestal, pues tan sólo en la Zona Metropolitana del Valle de México se han perdido 210 hectáreas de suelo de conservación por año. La recarga del acuífero presenta una disminución promedio anual de dos mil 500 metros cúbicos por cada hectárea urbanizada.
En este sentido, señaló que es necesario implementar medidas de conservación del agua, así como infraestructura que ayuden a adaptarse a la variabilidad climática. Esto incluye la captación de agua de lluvia, el tratamiento y reutilización del agua en industrias y hogares, la modernización de sistemas de riego y la gestión sostenible de cuencas hidrográficas. Es urgente una Ley de Aguas moderna y con visión de largo plazo y recursos suficientes.
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