A pesar de una marginal disminución de la pobreza en América Latina en 2022, “no hay razones para celebrar” toda vez que más de 180 millones de personas en la región no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y, entre ellas, 70 millones no tienen ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos”, señaló José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Al dar a conocer los principales resultados del informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023: la inclusión laboral como eje central para el desarrollo social inclusivo, elaborado por este organismo internacional, el funcionario advirtió que “la región sigue sumida en una doble trampa estructural de bajo crecimiento y altos niveles de pobreza y desigualdad”.
Ante ello, consideró que “los países deben transitar desde la inserción laboral a la inclusión laboral, eje del desarrollo social inclusivo. Pero la inclusión laboral requiere un crecimiento económico alto y sostenido. No es posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción y viceversa”.
El informe de la Cepal prevé que la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) esperada para 2023 en América Latina y el Caribe (1.7 por ciento) -significativamente inferior al 3,.8 por ciento registrado en 2022 y que podría llegar incluso a 1.5 por ciento en 2024- no permite prever nuevas mejoras en materia de pobreza en la región para este año.
Respecto a la creación de empleo entre 2014 y 2023, el reporte señala que ha sido la más baja desde la década de 1950. En 2020, durante la pandemia, la creación de empleo disminuyó 8.2 por ciento, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años.
Del universo de 292 millones de personas ocupadas en la región, una de cada dos se encuentra en empleos informales, cerca de una quinta parte vive en situación de pobreza, cuatro de cada 10 posee ingresos laborales inferiores al salario mínimo y la mitad no cotiza en los sistemas de pensiones, indica el Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023.
Aclara que si bien se observa una mejora en ciertas dimensiones de los mercados laborales entre 2020 y 2022, la región vive una crisis en cámara lenta en materia de inclusión laboral, entendida no solo como la inserción laboral, sino también como las condiciones en que se accede al empleo en el mercado laboral.
Esto quiere decir que la inserción en el trabajo remunerado es fundamental, pero no suficiente para alcanzar la inclusión laboral. Se requiere acceso a trabajos productivos, bien remunerados y con acceso a la protección social, en particular para las mujeres y las personas jóvenes, remarca el reporte de la Cepal.
En 2022, resalta el informe, 54.2 millones de hogares en la región (39 por ciento del total) dependían exclusivamente del empleo informal. Más aún, la mayoría de las niñas y niños (menores de 15 años) y las personas de 65 años o más viven en hogares completamente informales o mixtos (61.2 por ciento).
Por otra parte, el reporte destaca que si bien la desigualdad de ingresos disminuyó en 2022 hasta niveles inferiores a los registrados en 2019, esta sigue siendo muy elevada.
En América Latina, el decil de ingresos más altos (decil 10) percibe un ingreso que equivale a 21 veces el del decil de menores ingresos (decil 1). En 2021, la riqueza de solo 105 personas representó casi el nueve por ciento del PIB regional, subraya la Cepal.
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