En la época porfiriana el tren fue fundamental para el desarrollo del país, ya que permitió que pesados y grandes cargamentos se transportaban a lo largo y ancho del país, como sigue ocurriendo hasta el día de hoy, además permitía a las personas recorrer largas distancias de una forma más segura y rápida que el incipiente transporte aéreo y carretero.
En el siglo XX en México, la construcción de carreteras se incrementó, lo que a la par del progreso de los aviones y vehículos motores fue preferido por los viajeros, mientras tanto en paralelo los ferrocarriles ya no eran tan rápidos, atractivos y cómodos como los otros transportes y prácticamente dejaron de evolucionar, por lo que poco a poco dejaron de ser usados por los pasajeros.
A pesar de ello, en pleno siglo XXI, el presidente Andrés Manuel López Obrador decretó la creación de siete rutas de trenes de pasajeros, adicionales al Tren Maya y al Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
El decreto publicado el 20 de noviembre en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en su encabezado señala que “se declara área prioritaria para el desarrollo nacional, la prestación del servicio público de transporte ferroviario de pasajeros en el Sistema Ferroviario Mexicano”.
Desde la perspectiva de Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, esta “no necesariamente es una mala idea, pero no es algo que se debería forzar y (sería) mejor consultar al sector privado para conocer la demanda para hacerlo o no. Lo que sí creemos es que se deben priorizar esas vías férreas para el transporte de carga, que es lo que más crecimiento genera”.
Además, hizo notar que en el mundo los trenes de pasajeros son subsidiados, en el caso de Reino Unido el pago que cubre el Estado es de 32 por ciento, por lo que consideró que la iniciativa privada es la que debe analizar si existe la demanda suficiente para tener ferrocarriles de pasajeros en las siete rutas consideradas por el presidente.
“Si hay o no espacio para trenes de pasajeros, debería ser una decisión privada donde los operadores vean que si hay suficiente demanda”, insistió.
Por otra parte, de acuerdo a la publicación especializada en transporte T21 “Benjamín Alemán Castilla, socio fundador de Alttrac y extitular de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), dijo que dentro del decreto no hay un dato objetivo y actualizado para conocer que dichas rutas sean rentables, a excepción del México-Querétaro.
“No hay estudios que digan que estas rutas van a hacer rentables porque no hay un análisis serio de flujos de demanda. Está contemplada la ruta del Bajío, la México-Veracruz-Coatzacoalcos diría que el tramo de México-Puebla puede ser que haya rentabilidad, la México-San Luis Potosí-Monterrey es una muy demandada por negocios y se puede ver por la frecuencia de vuelos entre México y Monterrey, pudiera hacer sentido y tendría que ser competitivo con los vuelos, si vas a meter un tren para tardarte seis u ocho horas no va a hacer competencia”, expuso.
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