El huracán Otis impactó a Guerrero dejando muertes, desaparecidos y pérdidas millonarias; sin embargo, entre sus estragos está el golpe devastador que dejó al ya lastimado sistema educativo de la entidad y los más afectados son los niños, por ello, Educación con Rumbo exigió a autoridades un plan estratégico para el regreso a clases.
Siendo un huracán categoría cinco, la más intensa, Otis golpeó a Guerrero hace tres semanas, afectando principalmente a Acapulco y Coyuca de Benítez, y pese al tiempo, ni el gobierno federal, ni la Secretaría de Educación Pública (SEP) han presentado un plan para el regreso a clases y atender las escuelas dañadas.
Paulina Amozorrutia compartió que en Acapulco y Coyuca de Benítez, hay 53 mil escuelas públicas y privadas, desde nivel básico hasta bachillerato, pero a tres semanas del desastre “todavía no se cuenta con un censo que diga cuántas de ellas están afectadas” ni tampoco hay presupuesto o un plan para intervenirlas.
Aunque las evaluaciones de daños no han terminado y no se ha hecho un censo, la Secretaría de Educación de Guerrero reportó que en Acapulco y Coyuca de Benítez hay 369 planteles dañados, pero esos dos municipios sólo son dos de los 46 en los que se reportaron daños por Otis, por lo que las cifras serán mayores.
Pero el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) indicó que dentro de los 46 municipios golpeados por Otis, hay 625 mil estudiantes, 38 mil docentes y siete mil 498 escuelas solo de educación obligatoria que serán afectadas; además, según el reporte Índice de Competitividad, Guerrero es el estado menos competitivo del país.
“Estos 46 municipios alojan a siete de cada diez estudiantes de educación obligatoria en Guerrero, es decir, 70 por ciento de estudiantes de la entidad”, dijo Amozorrutia y señaló que durante la presentación del Plan General de Reconstrucción de Guerrero, el presidente y gobierno en general, no mostraron como prioridad al sector educativo.
“En el plan se consideran 10 mil millones de pesos para el abastecimiento y mejoramiento de líneas de distribución de agua, drenaje, arreglo de calles, alumbrado público, hospitales, escuelas, los dos aeropuertos y otros servicios, pero no especifica los alcances para su aplicación en temas educativos”, dijo la coordinadora de ECR.
Antes de Otis, Guerrero ya vivía una crisis en educación
Patricia Ganem, coordinadora del área de Investigación de ECR, detalló que es urgente que se atienda el sistema educativo, pues “Guerrero es uno de las entidades con mayor rezago educativo a nivel nacional, mismo que se acrecentó severamente por el confinamiento que provocó la pandemia de COVID-19 con 34 mil 553 deserciones”.
De acuerdo con cifras oficiales, 125 mil 531 estudiantes no tienen clase en estos momentos y están en riesgo de perder el ciclo escolar. Por su parte la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) agregó que en México hay un rezago de cuatro años en el aprendizaje y de no actuar en Guerrero se agravará.
“El grado de escolaridad promedio en Guerrero es de 8.37 años para la población de 15 años y más, mientras el índice de marginación que enfrentan sus habitantes se clasifica como muy alto”, indicó un reporte de la SEP; además, cerca del 10 por ciento de menores de tres a 14 años en la entidad no van a la escuela.
En Guerrero, por cada 100 habitantes de 15 años o más, hay 12 que no tienen ningún grado de escolaridad y tan sólo 16 terminan la universidad; por ello, ECR llamó puntualmente a la SEP a reforzar el apoyo a Guerrero, para atender las escuelas afectadas y evitar que empeore la condición educativa de los pequeños.
“Entendemos la prioridad de atender servicios básicos; sin embargo, consideramos necesario que la SEP implemente una estrategia que permita, etiquetar recursos para infraestructura, apoyos y capacitación a docentes en temas socioemocionales, y una estrategia medible y con tiempos para el regreso a clases sin exponer a los alumnos y docentes”, comentó la institución.
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