Les avisé: viene cañón

EL ALBAÑIL

Se cuenta que un albañil estaba trabajando en el piso 20 de una construcción y al subirse al andamio el maestro de obras le advirtió: “Asegúrate bien, porque si te resbalas y caes, seguro te matas”. El albañil tomó las cosas a la ligera. Resbaló y empezó a caer… piso 17, 15, 13… Y el hombre dijo entonces: “Pues me dijeron que si me resbalaba me iba a matar…pero hasta ahorita, ¡voy a toda madre!”.

La nota de Proceso es elocuente: (amlo-confiesa-que-quiso-advertir-que-otis-venia-canon-pero-decidio-no-hacerlo-318153.html) “AMLO confiesa que quiso advertir que “Otis” venía “cañón”, pero decidió no hacerlo” lo que significa, en buen romance que todo lo invertido en investigaciones, equipo y talento humano -local e internacional, como ya se dio a conocer- se fue directo por la alcantarilla, porque al señor se le ocurrió otra cosa.

La estrategia presidencial se redujo a verificar cuál adjetivo calificativo le quedaba mejor a Otis. “Está cañón”… O “agárrense porque nos va a cargar la tía de las muchachas”. Para él estuvo bien lo primero.

Insistió en que él sí estuvo al pendiente… ¡Genial, maravilloso y estupendo! Lo malo fue que un sinnúmero de personas, de familias, de trabajadores, de gente pobre que vive en la zona, no tuvo tiempo de tomarse un chocolatito con una concha rellena de nata, y se quedaron sin ser avisados de lo que -nunca imaginaron- que les iría a suceder. Pero él dice, que sí estuvo al pendiente, por lo menos en algún noticiero.

Desde las seis de la tarde, según declaró, ya sabía que Otis le pegaría fuerte a Guerrero y luego recibió un segundo aviso. Con serenidad y paciencia -como decía Kalimán- subió un Twitter ahora “X”, para avisarle a todo mundo. Lo que sucedió, seguramente en expresión del doctor muerte López Gatell- con muy mala leche, las familias de las zonas más pobres, no se conectaron a internet y tampoco, a esos malvados golpistas, no se les ocurrió abrir sus cuentas con Elon Musk y por eso ni siquiera se enteraron del aviso presidencial de que Otis se “venía cañón”, anuncio que debe formar parte de los protocolos de seguridad de protección civil.

LA PREOCUPACIÓN

Las quejas y denuncias de la población se le hacen extrañas. No deberían existir, porque él, siempre ha ganado elecciones en Acapulco. O sea… ¡Malvados ciudadanos quejumbrosos! No entienden que él les avisó desde las ocho de la noche.

La solución presidencial salió a la vista: Darle dinero a las personas -solamente a los registrados en programas sociales; los demás, no- y resolver el tema de dónde tirar la basura. O sea… Todo resuelto.

 A eso, bellísimas lectoras y amables lectores, es necesario agregar el modelo sexenal de un discurso convertido en molusco-invertebrado-gaseoso donde se dice que se van repartir cosas, pero nadie sabe cuántas ni a quienes. Repartirán dinero aunque nadie sabe cuánto ni a quienes. 

Y eso… ¡Sí está cañón! 

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