Alfonso Cortés, arzobispo de León, aprovechó su homilía para mandar un mensaje a los jóvenes de México y Latinoamérica para que reconozcan la vocación a la que el Espíritu Santo los ha llamado.
El arzobispo de León, Alfonso Cortés, les enfatizó a los jóvenes que Dios mandó al Espíritu Santo con el objetivo de trabajar tres campos. “El primero es la vida, la familia, la bioética, todo el sentido de la sexualidad del ser humano”. El segundo corresponde a “todo lo político, como bien social; no a los partidos políticos” y el tercero a “todo el progreso y desarrollo social como tecnología y universidades. Todo lo que signifique el progreso humano”.
Como cada año, se realizó la peregrinación a Cristo Rey en Silao, Guanajuato, el lema de esta edición, fue “Jóvenes a la política. Compromiso de fe, solidaridad y paz”.
Una vez que la mayoría de los peregrinos lograron llegar a la explanada de la Ermita, se realizó una eucaristía, la cual estuvo presidida por el arzobispo de León, Alfonso Cortés.
El arzobispo de León aprovechó la homilía para mandar un mensaje a todos los jóvenes mexicanos y latinoamericanos.
Tomando como referencia de la lectura de Isaías “el Espíritu de Cristo está sobre mí”, el arzobispo remarcó que Dios, mandó al Espíritu Santo a “desatar las cadenas, a anunciar un año de gracia y a evangelizar a los pobres”.
“El Espíritu Santo educó el corazón de Jesucristo, el Espíritu Santo consagró el corazón de Jesucristo”, enfatizó Alfonso Cortés.
El arzobispo de León recordó que hay dos ocasiones en las que el Espíritu Santo se posa sobre Jesucristo. La primera “el día de su bautismo” donde logró identificarse plenamente como hijo de Dios y la segunda, “el día de su transfiguración” donde el Espíritu Santo, le da un corazón de pastor bueno.
Con estas reflexiones sobre el Espíritu Santo, Cortés, mandó una invitación a los jóvenes a examinarse y preguntarse: “¿Qué es lo que hizo el Espíritu Santo en mí? Y, ¿qué misión me dio en mi vida?”.
Por último, Alfonso Cortés recordó practicar los campos a trabajar por las que Dios ha mandado al Espíritu Santo, como la política, tecnología, sexualidad y desarrollo social.