Expectativas no cumplidas

Vivimos en la era de la ciencia y la tecnología, en los últimos 100 años se ha desarrollado la ciencia y la tecnología más rápidamente que en miles de años anteriores, y una gran parte de la humanidad tenía la plena seguridad de que con este desarrollo llegaría una etapa de plenitud para las personas y para la sociedad, e inclusive algunas corrientes de pensamiento decían que con esta situación ya la religión que era fruto de la ignorancia desaparecería por ser innecesaria en la vida del hombre.

Pero de las expectativas a la realidad nos encontramos con un abismo de diferencia, y como una muestra de un día para otro nos encontramos con una nueva guerra entre Israel y el grupo Hamás, que dice representar los derechos de los palestinos y del mundo musulmán, y eso no es más que una muestra de que la ciencia y la tecnología pueden ser también motivos de un uso contrario a lo que se debería de esperar en nuestra época.

Pero esta guerra que actualmente ocupa los titulares de los diarios y de los medios de comunicación no debe hacernos olvidar que existe otra guerra entre Rusia y Ucrania, multitud de conflictos en África y en otros sitios, y si nos acercamos a nuestra propia casa imposible olvidar que vivimos una violencia sistematizada y muy alarmante donde parte de las noticias diarias es el número de asesinatos del día anterior, más otros actos de violencia.

Desde luego que los adelantos de nuestra época han ayudado a simplificar y a hacer más cómoda la vida, y también con los avances de la medicina el promedio de vida ha aumentado considerablemente, las personas se han acercado con los medios electrónicos de que muchos disponemos y podemos llevar a donde quiera que estemos, sin embargo la vida es mucho más compleja que tan solo disponer de mejores medios de vida, puesto que los sentimientos, pensamientos, inquietudes, esperanzas, pasiones, sueños, alegrías, frustraciones, convicciones, emociones y todo lo que constituye el alma de la persona humana son en esencia los mismos que han sido a través de la historia humana.

Las diferentes culturas en los diferentes tiempos y lugares siempre se habían caracterizado por tener un territorio, una forma de gobierno y una religión que era una parte esencial de su cultura y forma de vida y pensamiento, y podemos decir que en el mundo occidental por una gran época el cristianismo fue una forma de identificación de toda una cultura que trascendió países y aún continentes, dejando obras maravillosas en todos los campos humanos, como en la literatura, la pintura, la escultura, la arquitectura, el derecho y aún la ciencia, y esto de algún modo permitía una cierta identificación sobre lo que el hombre pensaba de sí mismo, de la sociedad y de la finalidad de  la vida misma, lo que podría dar una cierta esperanza de llegar un día a una época de paz y progreso generalizado.

Pero llegó el laicismo que muchos vieron como un signo de libertad, pero que siempre tuvo la finalidad de terminar con esa influencia cristiana en la sociedad, y en vez de libertad se generó una censura para que fuera hasta mal visto e inclusive prohibido por algunas leyes hablar de religión, como si el tema no fuera intrínseco a la naturaleza humana, a partir de eso se inició una guerra de ideologías para tratar de convencer de que esas formas nuevas de pensamiento eran mucho más acordes a los tiempos modernos, pero resultó que de ahí se derivaron algunos pensamientos brillantes pero otros manipuladores y se llegó a crear sistemas tan inhumanos como los que se implantaron después de la Revolución Rusa en todos los países de la llamada cortina de hierro, donde millones tenían que pensar y vivir de acuerdo a lo que los gobernantes decidieran y causaron millones de muertes.

Otros sistemas derivaron en un materialismo exacerbado en donde un grupo concentró gran poder y se perdió de vista el objetivo del mirar por el bien común, y se crearon también muchas injusticias. La Iglesia por su parte empezó a desarrollar una doctrina social que trata de corregir los errores de ambos extremos invocando la justicia y la caridad como elementos que no se pueden dejar fuera en los diseños económicos actuales.

Y hoy estamos viviendo en México una corriente que no solamente pretende ser una forma de gobierno, sino todo un sistema ideológico y de adoctrinamiento totalmente ajeno a nuestras tradiciones en donde el Estado vuelva a tomar un papel preponderante más allá de lo que le corresponde, queriendo controlar lo que a la sociedad le compete hacer, por lo que es muy importante que la ciudadanía analice a fondo las propuestas más allá de los planteamientos superficiales que se hacen en las campañas y que suelen valerse de técnicas propagandísticas  que muchas veces van dirigidas al subconsciente de las personas.

Usemos de la ciencia y de la tecnología, sobre todo de los medios de comunicación para profundizar en el análisis de las propuestas con una mirada crítica en lo que hay detrás de cada una, y aprendamos también de la historia de lo que cada propuesta ofrece, ya que está en juego el destino de los mexicanos para los próximos años, e invitemos sobre todo a la juventud a que se involucre y analicen resultados y propuestas para evitar tener que lamentar después situaciones irreversibles.

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