Desde la Resurrección de Jesucristo, el cristianismo se extendió rápidamente por todo el mundo conocido. Se asegura que para el Siglo Segundo estaba difundido por toda la cuenca del Mar Mediterráneo. Es decir, Turquía, Palestina, Líbano, Grecia, Macedonia, Italia, Francia, España, Portugal y las regiones del norte de África, etc.
¿Cómo explicar esta gesta? Por el enorme amor a Dios-Padre que Jesús había dejado en sus Apóstoles y la acción portentosa e imparable y del Espíritu Santo.
Desde esa época se adhirieron miles de mujeres y hombres con su entrega completa al Señor: unos como sacerdotes, otros como religiosos o misioneros. El hecho que esos miles consagraron sus vidas a Dios mediante la virginidad, el celibato apostólico, la pobreza y la obediencia. Se fundaron cientos de hospitales de beneficencia, orfanatorios, asilos de ancianos, escuelas gratuitas, etc.
Recuerdo que un grupo de universitarios y yo visitamos un asilo de ancianos. El plan era llevarles algunos sencillos regalos, revistas que les gustaban y, sobre todo, un rato de conversación agradable y cordial con quienes vivían en aquel paupérrimo asilo. De pronto, un ancianito -con cerca de 90 años, que se movía en silla de ruedas- vomitó con estrépito y abundantemente. Los jóvenes que fuimos a visitarlos nos quedamos como paralizados sin saber qué hacer. Al instante una religiosa, de hábito blanco, se puso a limpiarlo. Y al observar nuestras caras de asombro, comentó:
“-Es el Amor de Dios lo que nos mueve a realizar estos desagradables trabajos”.
Del mismo modo, matrimonios de cristianos realizaron lo que se llamó “migraciones apostólicas”. Es decir, los maridos y sus esposas -ya cristianos- decidían trasladarse a vivir a otras regiones donde había que instaurar la semilla del cristianismo y fortalecer su presencia. Ese buen ejemplo “entraba por los ojos” de que no había que ser religioso o sacerdote para seguir las huellas de Jesucristo. De ahí surgieron las primeras familias cristianas que educaron a sus hijos en la fe.
Toda esa “Revolución Cristiana” dejó un profundo sedimento de lo que vendría a suceder con el devenir de los siglos: la difusión de la doctrina de Cristo por los cinco continentes.
Muchas virtudes y valores que observamos hasta nuestros días han nacido de la doctrina de Jesucristo. Por ello, se dice que vivimos dentro de la civilización cristiana.
Pero estos se expandieron sólidamente en las bases de esta civilización. Aunque nunca han faltado ataques, infundios y calumnias contra el cristianismo, la fe se ha mantenido sólidamente lo que demuestra que es Cristo quien guía a su Iglesia con el papa a la cabeza, como Cabeza Visible.
Un botón de muestra es la República Mexicana, donde encontramos una multitud de Instituciones para la Asistencia Privada, por ejemplo:
- Hospital de Jesús, I.A.P.
- Nacional Monte de Piedad, I.A.P.
- Fundación Luz Saviñón, I. A. P.
- Fundación Dondé, I.A.P.
- Asociación para Evitar la Ceguera, I.A.P.
- Hospital de Nuestra Señora de la Luz, I.A.P.
- Fundación Conde Valenciana, I.A.P.
- Fundación Gonzalo Río Arronte, I.A.P.
- Cruz Roja Mexicana, I. A. P.
- Sociedad de Beneficencia Española, I.A.P.
- Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral, I.A.P.
- Fundación Bringas Haghenbeck, I.A.P.
- Fundación Cultural Antonio Haghenbeck de la Lama, I.A.P.
- Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas, I.A.P.
- Fundación Hogares Providencia, I.A.P.
- Fundación Mier y Pesado, I. A. P.
- Colegio de Jesús de Urquiaga, I.A.P.
- Hospital Escandón, I.A.P.
- Fundación Michou y Mau, I.A.P.
- Escuela para el Entrenamiento de Perros Guía para Ciegos, I.A.P.
Todas estas instituciones son sin fines de lucro dedicadas a causas de interés social. ¿Y cómo se sostienen económicamente? Gracias a la generosidad de miles de ciudadanos en todo México. Con la importante aclaración de que existen muchísimas más I.A.P. por todo el país.
Es de justicia hacer mención de la “Fundación Somos Hermanos, I.A.P.”, cuyo trabajo y esfuerzo por décadas se enfoca en dar a conocer a todas estas instituciones a través de diversos medios de comunicación.
Semanalmente se publica “El Noticiero por la Paz”, con un eficiente equipo de reporteros, redactores y editorialistas, lo dirige la Comunicadora profesional Adriana Alatorre, con un espléndido trabajo conjunto.
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