El liderazgo y sus nuevas características

Desde que estábamos en la escuela (Primaria y Secundaria), en la Preparatoria o en la Universidad destacaban algunos alumnos estudiosos. Pero había quiénes se comportaban como “el típico Jaimito”, es decir, parecía que decían con su conducta: “yo domino los conocimientos de todas las materias, ¿y los demás? ¡Qué se fastidien! Con lo cual rápidamente eran considerados por los demás del salón como el prototipo del estudiante antipático”.

Pero cuánto se agradece la actitud de aquellos compañeros que siempre están dispuestos y abiertos a quiénes les pidan su orientación y ayuda académica con la intención de ayudar y transmitir conocimientos, sin nada a cambio, sólo por auxiliar a sus compañeros.

De inmediato se ganan el aprecio de todos, y si, además, son simpáticos y participan en las fiestas y bailes junto con los demás, y son participativos en los deportes, teniendo un buen desempeño y otras actividades colegiales como concursos de oratoria, de poesía, etc. Se van perfilando las características de un líder, por ser participativo y generoso con todos.

En el mundo laboral con frecuencia nos encontramos con un buen ambiente que genera -como en la época estudiantil- amistades que perduran toda la vida.

Se ejerce un liderazgo con jefes y compañeros serviciales, amables, responsables en su trabajo. Donde no se escuchan críticas. Todo lo contrario, están muy pendientes cuando alguien tuvo un ascenso importante en la empresa o su esposa tuvo un bebé para felicitarlo de inmediato. O bien, cuando un compañero se enfermó y fue internado de emergencia en un hospital. También, cuando falleció un ser querido para acompañarlo en su duelo.

Me parece que nunca se olvidan esos detalles de haber sido felicitado en el momento oportuno; visitar al enfermo en un hospital; ser de los primeros en llegar a la funeraria para acompañar al amigo y levantarle el ánimo.

Alguien podría decir “Son menudencias sin importancia”, pero resulta que de esas cosas pequeñas se encuentra el entramado del liderazgo.

Me sorprendió el enfoque el Fundador de Instituto de Alta Dirección de Empresas (I.P.A.D.E.), el Dr. Carlos Llano Cifuentes (q.e.p.d.), a quien tuve la fortuna de conocer y fue mi profesor de Filosofía y Antropología. Publicó sobre este tema el libro: “HUMILDAD Y LIDERAZGO” en que sostiene que la primera virtud del líder es “SERVIR, PERO CON GENEROSIDAD SIN ESPERAR NADA A CAMBIO”.

Porque alrededor de esos años (80s-90s) se hablaba y escribía mucho sobre el liderazgo. Y con frecuencia en esas publicaciones o conferencias se describía al líder como una persona superdotada de valores y virtudes. Es como si los líderes modernos dijeran: “En primer lugar estoy “yo”; en segundo lugar, por supuesto, también “yo”, y en tercer lugar, obviamente, ”yo” (una vez más).

Y cabría la pena preguntarle a quien tiene esa visión:

-Bueno, ¿y dónde dejas a los demás?

-Ése un tema que no me interesa en absoluto-solía responder.

Es decir, se trata de un verdadero culto a la “EGOLATRÍA” con el pretexto del Liderazgo. Es tanto como decir: “Lo importante es que yo vaya subiendo escalafones y, si al subir los peldaños, estorbo la carrera profesional de otro, eso no tiene ninguna importancia. Lo fundamental es que yo siga avanzando y destacando, cueste lo que cueste”.

El Dr. Carlos Llano puso énfasis en lo fundamental. Es como si dijera: “Si tienes cualidades de líder, son para beneficio de los demás y de la sociedad misma. No es para que te llenes de soberbia y vanagloria sino para el bien común”.

Me parece que el Psiquiatra vienés, Dr. Viktor Frankl (1905-1997), haría un planteamiento semejante: “Tu liderazgo debe tener un sentido”. Como escribe en su libro autobiográfico: “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO”. Siendo Frankl de raza judía, durante la Segunda Guerra Mundial, fue internado por los nazis en un campo de concentración.

Desde ese lugar de sufrimientos de toda índole, se dedicó a ayudar a sus hermanos de raza judía. Y con esa ayuda que brindó, fue descubriendo su método de curación psiquiátrica, la llamada: “LA LOGOTERAPIA”.

Que se oponía radicalmente a la Psiquiatría del Dr. Sigmund Freud (1856-1939), padre del “Psicoanálisis” en el que sostiene que detrás de toda enfermedad psiquiátrica se encuentra un trauma sexual. Cae en el llamado “Pansexualismo”, o sea, absolutamente todo revela un trastorno sexual. En “La Interpretación de los Sueños” pretende demostrar cuál es el sentido de los deseos e impulsos reprimidos del inconsciente.  Esto fue desmentido por Viktor Frankl y muchos otros psiquiatras más equilibrados y sensatos.

En definitiva, el liderazgo debe hacer crecer a la persona en humildad y de afán de servir con generosidad a los demás y, de esta manera, colaborar en el bien común, pero nunca caer en posturas ególatras, que perjudiquen a los demás.

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