La buena y la mala de la sucesión adelantada

La sucesión presidencial se adelantó y ese hecho tiene ventajas y desventajas, para los jugadores involucrados en este proceso. Ahora, nuestro propósito es enumerar, en este espacio, lo bueno y lo malo de cada uno de estos protagonistas, los desafíos que tendrán que superar.

Para Claudia Sheinbaum, la buena noticia es que ya va por su tercera gira nacional y, muy al estilo de López Obrador, que recorrió durante 6 años todas las regiones de México, ese movimiento le permitirá a la candidata de Morena llegar a la mayoría de los municipios del país, para aumentar su conocimiento y si posicionamiento, lo que la pone, por ahora en primer lugar de la carrera, cuando quedan varios meses para la elección presidencial de 2024.

La mala para Claudia es que arranca este proceso muy arriba en las encuestas, cuando falta aún mucho para la elección; prácticamente ha llegado a su techo muy rápido y no se espera que crezca más; su desafío es no cometer errores. Lo que se espera, más bien, es que comience a perder puntos conforme su personalidad se proyecte y sus adversarios arranquen con más fuerza y presupuesto.

En el caso de Xóchitl Gálvez lo bueno es que arranca con gran dinamismo y, contrario a Claudia Sheinbaum, a ella sólo le queda crecer. Por ahora, ha mostrado su gran habilidad para aprovechar los ataques del presidente y de Morena para, con esa ola, empezar su avance. No fue su equipo ni los partidos que la apoyan los que provocaron este crecimiento, sino Palacio Nacional, que le ha venido dando horas de aire y discusión para darse a conocer.

Por ahora, si somos realistas, Xóchitl no es el fenómeno del que habla la opinión publicada y sus opinadores; es decir, lo que ha mostrado hasta ahora no es suficiente para arrebatarle el primer lugar a Claudia. Vaya, ni siquiera se acerca de manera peligrosa.

No se equivoquen, la razón por la que Morena y el presidente la atacan no es por miedo, es por venganza, porque hace tiempo Xóchitl denunció a los hijos del presidente en Estados Unidos y como diría aquel, “eso sí calienta”. De esa sed de venganza, nacen los errores del presidente y los del equipo Morena, hasta llegar a la estupidez de pedir que derrumben su casa.

Lo malo para Xóchitl, como lo hemos dicho antes, es que va a todas y esa fuerza se puede convertir en su debilidad. La candidata del Frente Amplio por México tiene tiempo para empezar a crecer en las encuestas, pero debe poner cuidado en su discurso y su agenda, porque ir a retratarse con los viejos partidos y poner a Creel como su jefe de campaña es como poner a la iglesia en manos de Lutero. El electorado sólo la ve rodeada de los mismos de siempre.

También, Xóchitl tiene que poner atención en lo que debe y no debe decir, ante la existencia de un electorado conservador; por algo, el presidente López Obrador no le entra a temas como el aborto o la ideología de género, por ser temas que polarizan a las familias de clases medias y bajas. El posicionamiento de Xóchitl no ha sido bien resuelto; puede tener el aplauso de un grupo ruidoso en los medios, pero perder un segmento importante que requiere para ganar: los grupos que no hacen ruido pero que votan; ahí están los electores que son cambiantes o switcher y dan el triunfo cuando se cierra una contienda.

Finalmente, no debe perderse de vista que ahora el electorado conservador mexicano cuenta con un aspirante: Eduardo Verástegui. Lo bueno para él es que es un rostro nuevo anti-establishment y puede constituirse en un outsider, si logra juntar las firmas para hacerse candidato al amparo del éxito de su película “Sonidos de Libertad”.

Lo malo para él es que no es conocido y tiene en su contra todo un ruido mediático que rechaza sus posturas; sin embargo, si sabe jugar como Trump o Milei, podría poner un pie en el sistema electoral y conformar un nuevo partido, al estilo Vox de España, que gana segmentos muy participativos y que se empieza desplegar en distintas regiones.

“Enseñémonos, y enseñemos a los demás, que la política no sólo puede ser el arte de lo posible, en especial si esto implica el arte de la especulación, el cálculo, la intriga, los tratos secretos y las maniobras pragmáticas, sino incluso también el arte de lo imposible, el arte de mejorarnos a nosotros y mejorar el mundo”.

Vaclav Havel

Te puede interesar: Saber no basta, las lecciones del caso Ebrard

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

@yoinfluyo https://twitter.com/Yoinfluyo

comentarios@yoinfluyo.com

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.