El cine de terror pasó de ser un entretenimiento a ser un impulso para la práctica del satanismo.
Fui al centro de la ciudad y vi varias tiendas que comerciaban con cine de terror, muerte, ultratumba y satanismo. Y allí estaba una señora con su hijo de ocho años, quien le pidió una película de esas y su madre se la compró.
El cine de terror es un género cinematográfico que se caracteriza por su voluntad de provocar en el espectador sensaciones de pavor, disgusto, miedo u horror. La primera película considerada de terror fue La mansión del diablo; luego aparecen Drácula y Frankenstein, pero entran en decadencia. Luego aparece el cine de zombis. Ya en el siglo XXI aparece una tendencia en el cine francés, dispuesta a romper tabúes.
Efectivamente, las películas de terror quieren provocar miedo, ansiedad, inseguridad. La persona recibe el mensaje de que “yo no puedo, soy débil, algo es más grande que yo”. El mensaje es que el personaje de la película –el monstruo, el vampiro, el ser sobrenatural, el muñeco satánico, la fuerza negativa– es más fuerte que yo y es destructivo. La película busca que el espectador sienta angustia e inseguridad y en ello invierte sus recursos cinematográficos.
Las películas de miedo tienen repercusiones psicológicas. Dan un aprendizaje para que la persona se sienta impotente ante el mal. Cuando se ven confrontados con el mal en la vida real, se acobardan, se sienten inseguras ante lo sobrenatural, particularmente ante lo de origen demoniaco, y algunas, sucumben fácilmente. A veces esas producciones espectaculares muestran rituales de sangre para invocar espíritus malignos o para solicitar médiums que saquen la clave de algo desconocido.
Una chica de 20 años, después de ver una película de terror, se convulsionó, gritó y vomitó. Quedó con los signos de posesión después de ver cine de terror.
El sentimiento del miedo no es sano por eso en la Biblia hay palabras que tratan de neutralizar y quitar el miedo. Transcribimos algunas.
Isaías 41,10 dice: No temas, porque Yo estoy contigo. No desmayes, que Yo soy tu Dios; Yo te he dado fuerza y te ayudo; te sostengo con la diestra de mi justicia.
Salmo 56,2: A la sombra de tus alas me refugio hasta que pase la calamidad.
Josué 1,9: Sé fuerte y valiente, no tengas miedo ni te desanimes porque el Señor tu Dios te acompañará adondequiera que vayas.
Isaías: Yo soy el Señor tu Dios que sostiene tu mano derecha.
Salmo 22, 1-4: Yavé es mi pastor, nada me faltará. Él me hace recostar en verdes prados, me conduce a manantiales que restauran (…). Aunque atraviese un valle de tinieblas no temeré ningún mal, porque Tú vas conmigo. Tu bastón y tu callado me infunden aliento.
1 Juan: El amor perfecto no tiene miedo, echa fuera el temor.
El ser humano necesita saber que tiene la capacidad de vencer al enemigo.
El daño psicológico que producen esos filmes puede ser grave. A personas insensibles les puede hacer menos daño, pero si la persona es hipersensible le hacen un daño enorme pues esa persona necesita seguridad, y el mensaje es que el que gana es el mal, monstruo o vampiro. Después de ver una película de horror, el subconsciente de una chica quedó dañado y no podía dormir en paz. Hay gente que tiene pesadillas cuando ve cine de este tipo.
La música de heavy metal invierte los valores, magnifica la muerte, el suicidio, la destrucción, el libertinaje… Eso se queda en el subconsciente. Esa música bombardea con mensajes negativos.
¿Qué hacer? Renunciar categóricamente a lo que daña. No hay que ver ni recomendar cine de terror porque el mensaje entra por el oído y la vista, ni tampoco oír música de heavy metal porque sus mensajes entran al oído, que es el sentido más espiritual, y se queda en el subconsciente del oyente.
Hay películas modernas que tienen elementos de terror y esto es normal, pero cuando estos elementos son prevalentes, no es recomendable verla porque la fuerza del enemigo le puede penetrar.
A muchos nos puede llamar la atención pasar un rato de miedo, pues sabemos que se va a acabar, pero sus efectos no terminan fácilmente. Un productor de cine de terror confesó: “El satanismo bajaría más de un 70% sin el cine de terror”.
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